A 40 años del fallecimiento del Padre Castellani, en la Fiesta del Santo Cura Brochero. Dos cristianos sin igualSon dos de los cristianos más elocuentes que hayan nacido en suelo argentino. José Gabriel del Rosario Brochero falleció en 1914. Por ese entonces, Leonardo Castellani tenía 15 años. La fiesta del Santo Cura Brochero se celebra el 16 de marzo. El aniversario del fallecimiento del padre Castellani el 15.
Brochero nació y murió en Córdoba: es Córdoba. Castellani se crió en Santa Fe, donde fue al colegio de la Inmaculada Concepción, que tiempo después tendría de profesor a Jorge Bergoglio, otro cristiano de estas tierras rápido y creativo usuario de la lengua, que providencialmente llevó a esa casa de estudios de visita a Jorge Luis Borges, acaso el oriundo de estas tierras que más huella ha dejado en el mundo de la lengua.
Pero ya en 1918, el aspirante a Jesuita Castellani continuaría sus estudios en las tierras brocherianas, y luego en Roma, donde completaría su formación en Teología y Filosofía con calificaciones que lo perfilaban como un notable intelectual.
Obra poco conocida
Quizá sea su condición sacerdotal la que haga que la obra de Castellani no sea tan reconocida y recordada, pero baste evocar que cuando Jorge Rafael Video citó a la Casa Rosada a tres ilustres hombres de letras convocó a Jorge Luis Borges, Ernesto Sábato, y Leonardo Castellani.
Se sumó también Horacio Esteban Ratti, presidente de la Sociedad Argentina de Escritores. Se dice que durante el almuerzo, que casi todos rehusaron comentar, y habría sido convocado en un intento de propaganda de la junta militar, Castellani fue el más audaz y hasta arriesgó su propia vida al pedir por Haroldo Conti, escritor desaparecido en la dictadura.
Castellani se definía como “un loco que en todos sus días nunca ha hecho una cosa prudente. Nunca ha calculado el costo ni contado lo que otra cosechaba el fruto de su ingente siembra contento con desparramar la semilla”.
Evangelizador con la palabra
Cuentista, novelista, ensayista, periodista, siempre apasionado por su patria. Y, por supuesto, evangelizador con la palabra y promotor de la santidad. En la edición noviembre-diciembre de 1964 de la revista Dinámica Social, a 50 años del nacimiento de Brochero, como rescata del recuerdo el Instituto Eremita Urbanus, proféticamente Castellani habla en el artículo de tres santos que reconocía de su patria: el Cura Brochero, Mama Antula, y Fray Mamerto Esquiú.
El primero, cuya festividad se celebra el 16 de marzo, ya es santo, el primero nacido y fallecido en la Argentina. Mama Antula ya es beata. Y la beatificación de Esquiú estaba programada para este año, aunque la pandemia la postergó.
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De la biografía de Brochero, al que citaba y evocaba, Castellani rescataba en ese artículo:
“Ordenado sacerdote, fue mandado de cura a San Alberto más allá de Pampa de Achala – cordillera de 2.000 metros que había que trasponer a mula -. Allí emprendió la construcción de la Iglesia, fue desairado por el vecindario, y se puso él mismo de albañil y maestro de obra. Allí se quebró una pierna al bajar una cuesta trayendo una viga a cinchas.
“Lo mismo hizo después en el Tránsito – Iglesia y Casa de Ejercicios – pueblo de su curato que se volvió su centro de operaciones y hoy lleva su nombre. Cuando los indolentes criollos vieron alzarse las paredes por milagro, se desperezaron, y empezaron a ayudar a porfía a cambio de caña y yerba; y es fama que hasta abogados, médicos, sacerdotes y legisladores que venían de visita, contagiados echaban una manito; y que mujeres serranas con sus guaguas a cuestas traían cal viva a pie y en árganas de las canteras de Panaholma.
“El caso es que los edificios de ‘El Tránsito’ calculados por los ingenieros de Juárez Celman (gobernador y luego presidente de la Nación) en 400.000 pesos los hizo Don Gabriel con 52.000…”
En otra ocasión Castellani sumó a esa lista de grandes santos argentinos a Ceferino Namuncurá, hoy beato. Aunque juzgó equivocadamente en ese momento “no serán nunca canonizados porque no tienen plata y una canonización pide plata”.
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Un ejemplo de su pluma
Castellani recordaba que Brochero invitaba a contar cuentos para predicar. Para dar cuenta de su talento, que no se limitaba a ningún género literario, compartimos aquí una payada, género poético musical en general improvisado, en el que le canta a la Virgen de Luján combinando en el relato historia, devoción y oración. Como el Cura Brochero, Castellani iluminaba -ilumina aún hoy- con sus relatos. Y por qué no, emociona…
Payada a la Virgen de Luján, R.P. Dr. Leonardo Castellani, SJ
Aquí me pongo a cantar
con cualquiera que se ponga
La mejor, la gran milonga que se habrá de perpetuar
entre La Pampa y el mar
y el que es mayor de los dos,
cielo estrellado de Dios
donde sus plantas están
canto a la flor de Luján
canto a la Madre de Dios.
Dios hizo el cielo y el rayo
hizo el sol, hizo la estreya,
hizo la Pampa sin güeya
hizo al toro y al caballo
hizo al hombre y aquí callo
porque fue su obra mejor,
pero mandinga traidor
conoció que era de barro
pecó el hombre, rompió un carro
y se le enojó el Creador.
Y lo echaron de la estancia
pa’ la tierra del infiel
a tragar miseria y hiel
él que nació en la abundancia
pero su misma ignorancia
le dio compasión al juez
pensó un momento y después
exclamó lleno de cencia:
se ha de cumplir mi sentencia
pero vuelta al revés.
La muerte que al hombre aterra
yo a mi mesmo me la aplico,
yo soy grande y me hago chico,
y siendo Dios me hago tierra,
yo he de vencer esta guerra
con las armas que me dan,
porque vencer de rufián
a Dios no es cosa que cuadre
y eligió para madre
a la Virgen de Luján.
Aquí hay misterios muy fieros
aquí hay un pozo muy hondo
yo m’ inorancia no escondo
ni me meto en agujeros
aquí hasta los más matreros
boleados se quedarán
y jamás entenderán
porque es de cencia infinita
Él eligió pa’ mamita
a la Virgen de Luján.
Miren qué humildá, que empeño
el del Hijo de Dios Padre
ir a elegir para madre
en un pago tan pequeño.
Él que es de este mundo el dueño
no se guía por las ropas,
podía ir a las Uropas
a elegir las potentadas
pudo sacar as de espadas
y robó cuatro de copas.
Y de que Dios la encontró
buena madre y cariñosa,
guapa, limpia, habilidosa
y su corazón probó
al tiempo que la dejó
quiso hacer algo que asombre
y le dijo: Por mi nombre
y estando en esta cruz triste
Madre de Dios buena fuiste
yo te hago madre del hombre.
Gaucho pampa donde irías
cuando no tuvieras madre
vos que sos duro de encuadre
y de pocas teologías
vos que te hallás estos días
guacho en la tierra que hiciste
te han quitao hasta el alpiste
para darte la istrución
te han quitao el corazón
y te dan un libro triste.
Reina del Plata, Señora
del pobre criollo olvidado,
techo que nos ha quedado
contra esta lluvia invasora,
estrellita pa’ la hora de la tormenta feroz
mira que se vuelve a vos
mi alma que no desconfía
porque si sos madre mía
sos también Madre de Dios.
Madre de Dios, madre mía
y no quiero saber más
haceme morir en paz
con Dios y con vos María,
al filo de mi agonía no recordés mis reveses
recordá, en vez, cuantas veces
y ya desde muy gauchito
yo te he rezado el bendito
la Salve y los cinco dieses.