“Medicamentos para salvar vidas”, la campaña de la Iglesia para mejorar la salud en Venezuela. Con ella busca se les garantice a todos los ciudadanos, el derecho a la salud y el acceso a los medicamentos
“En el año 2015, a mi papá, con 74 años, le diagnosticaron diabetes del tipo 2. Le indicaron unas pastillas llamadas Sitaglis Met para tomar diariamente. Fue una odisea conseguir esas pastillas porque la escasez de medicamentos se había profundizado y hasta sin comida estábamos. Han pasado seis años y aunque algunas farmacias ahora sí las tienen, el alto precio es la nueva barrera que nos toca enfrentar para comprarlas”.
El testimonio es de Elena Marrero, hija única de Manuel Enrique, con quien vive en un barrio pobre de Petare, en Caracas. Dijo que el precio del comprimido ronda los 30 millones de bolívares (16,6 dólares), una cifra que cubre el presupuesto familiar.
“Para poder conseguir el medicamento recurrimos a la Iglesia de nuestra comunidad que, con la ayuda de Cáritas y otras organizaciones humanitarias, nos han resuelto cada solicitud”, afirmó Marrero en conversación con Aleteia en una parada de buses en Petare. “Con los medicamentos a precios dolarizados es imposible vivir”, agrega.
Una realidad extendida en Venezuela
“¿Cómo vamos a comprar medicamentos tan caros, si prácticamente vivimos como mendigos, porque la pensión de mi padre apenas llega a 2 dólares mensuales y mi sueldo de planchadora tampoco es una gran cosa?”, se preguntó la sufrida mujer.
El caso de Manuel Sánchez, de 26 años, no es distinto. Tampoco se ahorra palabras para cargar “la responsabilidad al sistema sanitario del país”, a “los políticos corruptos” y “comerciantes indolentes”. “Uno no se puede ni caer. Todo el servicio médico privado se paga en dólares y en los hospitales públicos debes llevar hasta las jeringas”, señaló.
El joven sufrió una fractura en su brazo izquierdo y sus familiares asumieron los gastos de la radiografía e insumos para la inmovilización y traslado. “Costo total: 25 dólares. Así evitamos el precio de una operación que no podemos cubrir”, aseguró.
Informó que fue llevado desde la ciudad de Guatire (a unos 40 kilómetros de distancia de Caracas) para ser atendido en el hospital “Domingo Luciani” de El Llanito. “No sé cómo vamos a hacer, pero mi familia tendrá que comprar los calmantes y antibióticos que me recetaron. Seguramente tendremos que recurrir a Dios y a la iglesia”, dijo.
La realidad de estos venezolanos es la que vive todo el país. No basta con que haya medicamentos en las farmacias, es imprescindible que tengan la posibilidad material de poder comprarlos; y sobretodo, que la red de salud pública funcione adecuadamente.
Cardenal Porras: “Requieren nuestra ayuda y cercanía”
Buscando dar una respuesta a las necesidades de la gente, la Iglesia venezolana desde hace 41 años realiza durante la cuaresma la Campaña Compartir, responsabilidad que asume desde Cáritas de Venezuela. Este año, bajo el lema “Medicinas para salvar vidas” motiva garantizar a los venezolanos el derecho a la salud y el acceso a las medicinas.
“Sabemos que en medio de la pandemia y de otras enfermedades y dolencias colaterales en medio de la crisis en que vivimos, requieren de nuestra ayuda y de nuestra cercanía”, dijo el cardenal Baltazar Porras en el lanzamiento de la campaña. “Se trata de servir y no es solo dar al que está más necesitado que nosotros, sino que así crezcamos también en el auténtico sentido samaritano”, apuntó el presidente de Cáritas Venezuela.
Considera que después de cuarenta años la Campaña Compartir “se ha consolidado en Venezuela como expresión de una Iglesia pobre para los pobres que en salida misionera, muestra el rostro misericordioso del Padre a todos sus hijos e hijas, en especial a los más necesitados”, dijo en carta dirigida a la red de directores de cáritas diocesanas.
Preparación a la beatificación del médico de los pobres
El administrador apostólico de Caracas expuso que la campaña busca “fortalecer los diversos programas que tiene la Iglesia para ayudar a los más pobres a obtener los medicamentos que necesitan para recuperar la salud e incluso salvar sus vidas”.
“Nos ayuda a colocar a los pobres en el centro de nuestras opciones pastorales, pero también a hacer incidencia política para lograr los cambios estructurales que urgen en Venezuela para superar el empobrecimiento, la violencia, la exclusión y la enfermedad”.
Afirmó que esta tarea “la vivimos en el contexto de la pandemia mundial por la COVID-19 que tanto sufrimiento y muerte ha dejado en nuestro país; pero también estamos ya muy próximos a celebrar con júbilo la beatificación del Médico de los Pobres, el doctor José Gregorio Hernández: modelo de santidad para todo el pueblo venezolano”.
El desarrollo de esta campaña, a la par del tiempo cuaresmal, tendrá cinco temas específicos para reflexionar y practicar, de acuerdo con el material recibido por Aleteia desde la Conferencia Episcopal Venezolana. Primero, “Venezuela: un país gravemente enfermo”; segundo, “COVID-19: desafío y oportunidad para el cristiano”; tercero, “Cuaresma: camino de conversión a la fraternidad”; cuarto, “El médico de los pobres: un modelo para curar”; y quinto “Donar y donarse: la mejor medicina”.
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