Una de las consecuencias de la pandemia es el aislamiento a que nos debemos someter. En la mayoría de países se adoptan medidas de confinamiento para evitar el contagio. Y lo que parecía que iba a durar unas semanas, está a punto de cumplir un año. Es algo que produce estrés inevitablemente.
Ante la nueva situación, ha aparecido el miedo que produce la enfermedad causada por el coronavirus y la incertidumbre en todos los aspectos de la vida (familiar y laboral, principalmente). A eso se añade un mal humor por tener que permanecer encerrados en casa tanto tiempo.
Detectar cuándo hay un problema psicológico
Karen Kwong, psicóloga y coach profesional, declaró recientemente a la revista “Women and Home” que es normal sentirse estresado algunos días por el confinamiento, pero “no es normal sentirse así durante un período prolongado de tiempo. Los estallidos de estrés a corto plazo en realidad pueden ayudar a la productividad y estimular la acción. Sin embargo, cuando algo está agitando a uno durante un largo período de tiempo, dará lugar a estrés crónico, ansiedad y depresión, si aún no se han desencadenado”.
¿Qué puedo hacer?
Entonces, ¿qué puedes hacer para rebajar el mal humor y el estrés que te produce el confinamiento en casa?
Cuídate con más mimo que hasta ahora.
No te abandones aunque no tengas vida social como antes. Presta atención a la comodidad de la almohada para que duermas bien o a la calidad de la infusión que tomas.
Vive un horario.
Respeta las horas de sueño y no te quedes enganchada a la pantalla del ordenador, la tablet o el móvil. Así evitarás el mal humor de una noche mal dormida.
Dedica un tiempo a la oración y a la lectura espiritual.
Te ayudarán a enfocar la vida, sobre todo en estas circunstancias más difíciles, a rectificar y a encontrar otro horizonte.
Acepta la limitación de espacio.
Saca partido a las dimensiones de tu casa. Guarda en los armarios lo que pueda hacer que tu salón sea un poco más amplio ahora que estás muchas horas en casa.
Cuando te levantes cada mañana, es importante que te hagas la cama y dejes la habitación lista. De este modo será un espacio “transitable” y el orden te dará paz y serenidad. San Agustín decía: “Guarda el orden y el orden te guardará”.
Controla los gastos en compras por internet.
La ansiedad hace que nos precipitemos en la toma de decisiones. Esto puede jugarnos malas pasadas con las compras compulsivas. Evita entrar en las app de venta de ropa o accesorios y, si lo haces, antes piensa qué es lo que buscas y cuánto es el máximo de dinero que estás dispuesta a gastar.
Hazte sensible a la situación de los demás.
Si te preguntas cómo suavizar el mal humor que nos produce el confinamiento, salir de uno mismo es una receta estupenda para rebajar el estrés. Se llama generosidad y empatía. Llama a los familiares y amigos, interésate por lo que les ocurre y cómo se sienten. También ellos estarán seguramente preocupados por la pandemia. Investiga qué puedes hacer por ellos, aunque estés a muchos kilómetros de distancia.
Si la angustia va en aumento, busca ayuda profesional online.
No siempre somos capaces de arreglar las cosas nosotros solos. Si notas que comienzas a estar deprimida o que tu mal humor va en aumento y afecta a tu vida personal y familiar, no dudes en buscar la ayuda de un profesional.
Transforma tus sentimientos negativos en positivos.
Pon nombre a lo que te pasa. Define tus sentimientos. Y si son negativos, trata de dar la vuelta a la tortilla: transforma esa mirada pesimista en algo positivo como dar gracias por la vida. Da pequeños pasos para ver la botella medio llena.
Trata de airearte.
¿Cómo suavizar el mal humor que nos produce el confinamiento? Busca algún modo de oxigenarte: desde el balcón o la terraza a un parque cercano o un bonito lugar a las afueras de tu ciudad. Depende de lo que esté permitido en tu país, busca dónde entrar en contacto con la naturaleza. Es inspirador y relajante.
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