Jesús predica un Reino de los Cielos lleno de ternura, de misericordia, de cercanía y de amorJesús instaura de forma definitiva y nueva dos conceptos indispensables en la vida de la humanidad casi desconocidos en el Antiguo Testamento: el de un Dios Padre y el de un Reino de amor. Dos conceptos que se vuelven un estilo de vida y un credo.
Un Dios Rey
En el Antiguo Testamento no aparece casi el término Reino de Dios. Lo que aparece es la visión de Dios como rey.
Pero Jesús prefiere un término familiar, cercano para hablar del Todopoderoso y este Padre tiene un reino, pero que no se parece a los reinos donde se practicaban sacrificios con animales, sino que el único sacrificio real es el don de sí mismo.
El Padre se da al ser humano completamente, Jesús se da completamente y, por lo tanto, los hombres están llamados a darse completamente.
Reino de los Cielos
Jesús, por lo tanto, predica un Reino de los Cielos lleno de ternura, de misericordia, de cercanía y de amor; como un don ya presente en la vida y la historia de cada uno, dinámico y constante.
Jesus, en el Evangelio, utiliza mucha simbología para hablar del Reino:
El reino de los cielos se parece a un grano de mostaza que uno siembra en su huerta; aunque es la más pequeña de las semillas, cuando crece es más alta que las hortalizas. (Mt 13, 31-32)
Artículo basado en el texto original: Buscad primero el Reino de Dios… – Invitados a estar en un Reino Nuevo de Pauline Lodder
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