“Los santos y las santas nos demuestran que se puede alabar siempre, en las buenas y en las malas, porque Dios es el Amigo fiel”El Papa Francisco meditó hoy sobre la oración de alabanza. Así, recuerda que en medio de la dificultad, Jesús no se queja con el Padre, sino que lo glorifica con un himno de júbilo.
“Los santos y las santas nos demuestran que se puede alabar siempre, en las buenas y en las malas, porque Dios es el Amigo fiel“, dijo el Papa en la Biblioteca del Palacio Apostólico Vaticano durante la Audiencia General del miércoles 13 de enero de 2021.
En su discurso, el Papa, ha continuando el ciclo de catequesis sobre la oración, centrada en su meditación en el tema “La oración de alabanza” (Lectura: Sal 145:1-3.21). Y afirmó que siempre Dios está a nuestro lado. “Alguien decía que es el centinela cerca de ti y te ayuda a seguir adelante con seguridad en los momentos difíciles y oscuros”.
Alabar es como respirar oxígeno puro, te purifica el alma, te hace mirar lejos, no quedarse aprisionado en el momento difícil, oscuro de las dificultades.
Crisis y alabanza
Francisco explica que Jesús exulta de alegría, en primer lugar, por lo que Dios es: Él es su Padre y Señor del universo. Su alabanza brota precisamente de su experiencia de sentirse “hijo del Altísimo”. Y también lo alaba porque escoge a los “pequeños”. No se fija en los “sabios” y “prudentes” que, desconfiando de Él, lo rechazan, sino en los “pequeños y sencillos” que están bien dispuestos a acoger su mensaje con un corazón limpio y humilde”.
“Ellos, los pequeños, no se consideran mejores que los demás, son conscientes de sus propios límites y pecados, no tratan de dominar a los otros, sino que, en Dios Padre, se reconocen hermanos de todos”.
Yo veo la gente simple, humilde que peregrina, reza, canta y alaba; gente que a lo mejor les falta tantas cosas, sin embargo, la humildad les hace adorar a Dios
Oración de alabanza
¿A quién sirve la alabanza? ¿A nosotros o a Dios? La oración de alabanza nos sirve a nosotros. Francisco indicó que la oración de alabanza nos ayuda, no sólo cuando nos sentimos felices, sino sobre todo en los momentos difíciles. “Para que aprendamos que a través de esa cuesta, de ese sendero fatigoso, de esos pasajes arduos, se llega a ver un panorama nuevo, un horizonte más abierto”.
“Alabar es como respirar oxígeno puro, te purifica el alma, te hace mirar lejos, no quedarse aprisionado en el momento difícil, oscuro de las dificultades”, añadió.
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San Francisco ciego y enfermo alababa a Dios
Lo vemos, – señaló – por ejemplo, en el “Cántico de las criaturas”, que san Francisco compuso al final de su vida, cuando experimentó la soledad, el fracaso y todo tipo de privaciones. En esa circunstancia, Francisco alaba a Dios por todo, por la creación e incluso por la muerte, a la que con valentía llega a llamar “hermana”.
“Francisco está ya casi ciego, y siente en su alma el peso de una soledad que nunca antes había sentido: el mundo no ha cambiado desde el inicio de su predicación, todavía hay quien se deja destrozar por las riñas, y además siente que se acercan los pasos de la muerte”.
El ejemplo de los santos
EL obispo de Roma dijo que los ejemplos de los santos y de Jesús en la oración de la alabanza a Dios en los momentos difíciles, “nos abren las puertas de un camino más grande hacia el Señor, nos purifican siempre”. La oración de la alabanza “purifica siempre”.
“Los santos y las santas nos demuestran que se puede alabar siempre, en las buenas y en las malas, porque Dios es el Amigo fiel. Esto es el fundamento de la alabanza y su amor nunca falla.
Siempre Él está a nuestro lado, Él nos espera siempre. Alguien decía que es el centinela cerca de ti y te ayuda a seguir adelante con seguridad en los momentos difíciles y oscuros, tengamos la valentía de decir: “Yo te bendigo, Señor, alabar al Señor. Esto nos hará tanto bien. Gracias”, concluyó.