Los sacerdotes italianos han estado muriendo a razón de uno cada día y medio desde que comenzó la pandemia
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El clero de Italia se ha visto especialmente afectado por la pandemia mundial. Llegan informes de que, de las 76.000 muertes relacionadas con la COVID en Italia el año pasado, más de 200 de ellas eran de sacerdotes católicos.
Según un artículo del Catholic News Service, 200 sacerdotes murieron por COVID-19 en 2020. Esta tasa no ha disminuido en 2021, ya que otros 4 sacerdotes han sucumbido a la enfermedad en lo que va del mes de enero. El informe señala que desde el comienzo de la pandemia, los sacerdotes italianos han muerto a razón de uno cada día y medio.
El citado reportaje continúa señalando que la mayoría de estos hombres tenían entre 70 y 80 años. El sacerdote más joven que murió de COVID-19 en Italia fue el P. Alfredo Nicolardi, de la Diócesis de Como, con apenas 50 años. Un duro golpe, por tanto, para muchas diócesis, sobre todo del norte del país, la zona más afectada al inicio de la pandemia.
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Riesgo por la edad
En junio, Rome Reports señaló que el clero italiano era el segundo grupo más afectado después de los trabajadores de la salud. Sugirieron que los sacerdotes católicos de Italia estaban en mayor riesgo debido a su edad. También han corrido un mayor riesgo porque no cesaron en sus funciones sacerdotales. De hecho, los periódicos nacionales se han hecho eco de alguno de los casos más dramáticos.
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A las comunidades de monjas de Italia no les va mejor. La CNA señala que ha habido casos en los que se han infectado conventos enteros. Citaron un caso en el que se descubrió que 104 de las 114 monjas de un convento habían estado expuestas al COVID-19 a fines de diciembre.
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