Rezar con los salmos es una guía semanal que te ofrecemos para meditar sobre la Palabra de Dios. Hoy te presentamos el salmo 98.
Este salmo forma parte de una serie que celebra la grandeza del Señor; su justicia y su salvación primero al pueblo de Israel y después a toda la tierra. Se trata de un canto nuevo al Dios liberador y salvador que restaura todas las cosas.
Canto nuevo
El Dios que hace nuevas todas las cosas, que infunde su gracia hacia todas las criaturas, es merecedor de un canto que no perece, que se renueva en Aquel que es fiel a su pueblo y que hace maravillas por su santo brazo. Las obras de Dios invitan a regocijarse y conectan con una experiencia vida de un pueblo enaltecido que es amado por su creador.
Y el que estaba sentado en el trono dijo: «Yo hago nuevas todas las cosas» Y agregó: «Escribe que estas palabras son verdaderas y dignas de crédito. (Ap 21,5)
Inagotable misericordia
Los cristianos sabemos, conocemos y hemos palpado la infinita misericordia del Dios de la viva. En aquellos tiempos, la mirada benévola era entendida hacia el pueblo elegido. Y es una gran novedad ver que la misericordia y la verdad se extienden al mundo de los gentiles, hijos adoptados de Abraham. Pero no es de maravillar. El que crea todo, ama todo y renueva todo, lo puede todo. Por eso, es bueno que todos los confines de la tierra reconozcan y celebren la inagotable misericordia de Dios.
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«Salmo.
Canten al Señor un canto nuevo,
porque él hizo maravillas:
su mano derecha y su santo brazo
le obtuvieron la victoria.
El Señor manifestó su victoria,
reveló su justicia a los ojos de las naciones:
se acordó de su amor y su fidelidad
en favor del pueblo de Israel.
Los confines de la tierra han contemplado
el triunfo de nuestro Dios.
Aclame al Señor toda la tierra,
prorrumpan en cantos jubilosos.
Sal 98(97),1-4.»
Texto bíblico: Libreria Editrice Vaticana
Hoy celebramos a...