Una estatua de la Virgen de la Medalla Milagrosa, situada en Providencia, quedó intacta ante el paso de Iota por islas colombianas
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El paso del huracán Iota por Centroamérica, al que muchos calificaron, haciendo referencia a una película, como “la tormenta perfecta” ha dejado una secuela de devastación que pone en peligro a una generación de centroamericanos, especialmente a los más vulnerables.
El segundo huracán categoría 4 en la escala Saffir-Simpson en menos de dos semanas de noviembre (cuando se supone que termina la temporada de huracanes) ha sido demasiado para Nicaragua, Honduras, Guatemala, El Salvador y el sur-sureste de México.
Los nombres de la tragedia comienzan a saberse con precisión
En Nicaragua, el deslizamiento de tierra en Macizo de Peñas Blancas, en la Provincia de Matagalpa, dejó al menos diez personas fallecidas. Mientras, en Guatemala, un deslizamiento de tierra cerca de Purulha dejó dos muertos y dos desaparecidos.
En Nicaragua se habla de al menos 18 personas muertas. Desgraciadamente, la mayor parte son niños. El Gobierno nicaragüense ha dicho que es el huracán más fuerte en la historia del país. Hay 400,000 personas afectadas.
Después de su paso devastador por Nicaragua, Iota, convertido ya en tormenta tropical. Se dirigió a Honduras, donde volvió a pasar por zonas que ya habían sufrido al huracán Eta, como el extenso valle del Cauca. Las inundaciones ya eran catastróficas y se han intensificado por las torrenciales lluvias del meteoro.
En Honduras hay al menos 15 muertos, miles de personas en albergues y afectaciones cuantiosas en infraestructura y vivienda. Antes de tocar tierra, Iota golpeó el archipiélago colombiano de San Andrés y Providencia. Ahí dejó dos muertos y 98 por ciento de la infraestructura de Providencia desbaratada.
Sin embargo, una estatua de la Virgen de la Medalla Milagrosa, situada en Providencia, quedó intacta, soportando la furia de vientos con rachas de hasta 275 kilómetros por hora. El hecho, incluso, fue mencionado por el presidente de Colombia, Iván Duque.
“Muchas personas hoy decían que ella es milagrosa, porque evitó muchas muertes en nuestra isla. (…) Lo cierto es que esa imagen es una imagen poderosa. Y vemos también la fe, la resiliencia y la gran capacidad que tiene la comunidad de Providencia para enfrentar estas circunstancias”, dijo Duque tras visitar la zona devastada.
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Difícil ayuda
A principios de este mes, el huracán Eta causó más de 130 muertes. Se desencadenaron inundaciones repentinas y deslizamientos de tierra en partes de América Central y México. La tormenta también dejó a decenas de miles de personas sin hogar en Honduras, que reportó 74 muertes y cerca de 57,000 personas en refugios, principalmente en el norte.
Sin embargo, pese a que Iota se ha disuelto, la tragedia puede ser mayor. Miles de hondureños han tenido que huir hacia los refugios, sin embargo, la preocupación continúa ya que estos sitios se encuentran abarrotados y aumenta el riesgo de contagios por coronavirus.
La ayuda internacional comienza a fluir, sin embargo, las condiciones propias de la pandemia del coronavirus dificultan los movimientos desde y hacia los principales aeropuertos de Centroamérica. Por lo demás, las zonas más afectadas han visto también destruidos los caminos, y las inundaciones son enormes en lugares como el valle de San Pedro Sula, en Honduras.
Estatus de Protección Temporal
Ya la semana anterior, Guatemala solicitó formalmente a Estados Unidos que otorgue un Estatus de Protección Temporal (TPS, por sus siglas en inglés) tras el paso del huracán Iota por Centroamérica.
“El Gobierno de Guatemala reitera la necesidad de que los guatemaltecos que actualmente se encuentren en Estados Unidos, puedan permanecer y no ser deportados, bajo este régimen de protección temporal”, explicó la carta enviada por el canciller guatemalteco, Pedro Bolo, al secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo.
En Nicaragua, sin embargo, una ley aprobada recientemente por el régimen de Daniel Ortega podría impedir ayudas internacionales. Tendrán problemas las que lleguen a los afectados por el paso del huracán Iota por Centroamérica.
Según Félix Maradiaga, opositor al sandinismo, esta legislatura obliga a que todos aquellos que reciben auxilios humanitarios provenientes de otros países, sin importar el monto, se registren ante el gobierno.
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