11 de noviembre de 1520, el día que "Dios entró desde el Sur", como recordó el papa Francisco a través de un mensaje
El 11 de noviembre de 1520 el clérigo Pedro Valderrama celebró la primera misa en Chile (Puerto Las Sardinas, uno de los cabos del Estrecho de Magallanes), teniendo como altar natural el cerro Monte La Cruz, de casi mil metros. A fines de noviembre el capellán celebró el bautismo del indio Patagón Pablo, el cual murió a los pocos días.
La travesía había comenzado en septiembre de 1519 con Hernando de Magallanes, capitán general de la «Armada para el descubrimiento de la especería» por la Corona Española. El portugués tomó el mando de cinco embarcaciones y de más de 260 hombres para emprender la aventura y así encontrar el paso para llegar a la isla de la especies en los archipiélagos indonesios.
El plan contemplaba recorrer el contorno atlántico de Sudamérica y así encontrar el tan ansiado acceso a un océano que conectara con Asia. Durante este viaje, las etnias de las tierras australes tuvieron su primer encuentro con el hombre europeo.
Usted está leyendo este artículo gracias a la generosidad suya o de otros muchos lectores como usted que hacen posible este maravilloso proyecto de evangelización, que se llama Aleteia. Le presentamos Aleteia en números para darle una idea.
20 millones de lectores en todo el mundo leen Aletiea.org cada día.
Aleteia se publica a diario en siete idiomas: Inglés, Francés, Italiano, Español, Portugués, Polaco, y Esloveno
Cada mes, nuestros lectores leen más de 45 millones de páginas.
Casi 4 millones de personas siguen las páginas de Aleteia en las redes sociales.
600 mil personas reciben diariamente nuestra newsletter.
Cada mes publicamos 2.450 artículos y unos 40 vídeos.
Todo este trabajo es realizado por 60 personas a tiempo completo y unos 400 colaboradores (escritores, periodistas, traductores, fotógrafos…).
Como usted puede imaginar, detrás de estos números se esconde un esfuerzo muy grande. Necesitamos su apoyo para seguir ofreciendo este servicio de evangelización para cada persona, sin importar el país en el que viven o el dinero que tienen. Ofrecer su contribución, por más pequeña que sea, lleva solo un minuto.