Lo daban por muerto, pero “volvió a la vida” y pudo reencontrarse con sus seres queridos en tiempos de COVID-19 a través de la tecnología El sueño de Wille Castañeda, que de alguna manera ya empezó a acariciar, está cada vez más cerca de concretarse de manera total. Mientras la pandemia del coronavirus siga golpeando con fuerza a América Latina deberá esperar un poco más.
Lo acontecido con Wille ha generado la atención a nivel internacional no solo por las particularidades de su historia, sino porque de alguna manera también es un ejemplo de que hay una “luz al final del camino”, tras mucho tiempo de perseverancia y en medio de una crisis sanitaria sin precedentes.
Curiosamente, detrás de Wille aparece la sombra de Sendero Luminoso, famosa organización calificada de terrorista de tendencia marxista, leninista y maoísta que tuvo en vilo a Perú a finales del Siglo XX y que ha dejado –debido al conflicto desatado con el Estado- miles de desaparecidos.
Precisamente, Wille había sido secuestrado por Sendero Luminoso cuando tenía 14 años con el fin de captación y generó que comenzara a vivir una verdadera odisea que lo tuvo recorriendo la zona de Loreto (Amazonía peruana) hasta lograr huir con la ayuda de alguien más. Eso hizo que llegara a Brasil, país donde fue recibido por una familia local adoptando una nueva identidad, tal cual recordó el propio Ministerio de Justicia y Derechos Humanos.
Desde entonces, su familia de origen, perteneciente a la zona de los Andes peruanos, según recuerda un reporte reciente de BBC Mundo, le perdió completamente el rastro y nunca supo más nada de él. De alguna manera, como posteriormente se reconoció, todos lo consideraban muerto.
Una vida de sufrimiento, pero también de esperanza
El propio Wille confiesa –a través de reportajes como el de BBC Mundo– que aquel proceso de secuestro y periplo para eludir a Sendero Luminoso lejos de sus seres queridos representó un verdadero sufrimiento. Pero más lo afectaba estar lejos de su verdadera familia
No obstante, a pesar del agradecimiento con lo que han hecho las personas que lo ayudaron en Brasil a través del trabajo en el campo -y hasta vinculado con la comunidad local de Santa Rita –su gran desvelo siempre fue intentar ubicar a los suyos en Perú. Y en 2018 algo lo volvió a movilizar para retomar la búsqueda de sus hermanos una vez más de la mano de Facebook (lo había intentado en una primera instancia, pero lo dejó).
Así pues, gracias a un objetivo bien concreto logró dar con una cuñada, quien luego de un amplio proceso de verificación -que también tuvo la labor de la Dirección General de Búsqueda de Personas Desaparecidas (DGBPD)– fue posible confirmar que se trataba de Wille Castañeda, el integrante de aquella familia que había sido secuestrado por la organización terrorista.
El “abrazo virtual”
Hasta que por fin llegó el gran día, el de volver a ver a sus seres queridos tras 34 años. Esto, el primer contacto, se logró hacer efectivo en el mes de julio de manera virtual debido a los límites impuestos por la pandemia del coronavirus. Participó también la ministra de Justicia de Perú, Ana Neyra, quien también se ha conmovido con el reencuentro.
Después de 34 años, Wille Castañeda se reencontró con su familia. Él permaneció desaparecido todo este tiempo a causa del periodo de violencia suscitado en nuestro país entre 1980 y el 2000. pic.twitter.com/QscFTur38W
— Ministerio de Justicia y Derechos Humanos (@MinjusDH_Peru) July 23, 2020
Al despedirse, Wille agradeció el compromiso del MINJUSDH. Él tiene la certeza de que su caso no es el único y cree que hay mas personas que han podido salvarse. "Tengo el sueño de volver a Perú junto a mi familia y agradezco al MINJUSDH y a todo su equipo", indicó. pic.twitter.com/Gjwy3rxQhV
— Ministerio de Justicia y Derechos Humanos (@MinjusDH_Peru) July 23, 2020
Pero claro, ha sido tan solo el primero paso. Pues a pesar de lo noble que ha sido la tecnología para que Wille pudiera abrazar virtualmente a los suyos, aún falta aquello del contacto cara a cara, experiencia única e insustituible.
Y así de alguna manera lo subraya el propio involucrado en su diálogo con BBC Mundo:
“Dicen que muchas cosas ya han cambiado allí y gracias a Dios hay un equipo de derechos humanos que me está ayudando [la DGBPD], aunque con esta pandemia todo se detuvo. Lo que quiero es conocer a mis hermanos personalmente. Ese es mi sueño”.
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