Carlo Acutis dio un paso más hacia la santidad y fue beatificado el 10 de octubre de 2020 (16:30 hora local) en Asís, en la Basílica Papal de San Francisco.
Una alegría que se esperaba desde hace mucho tiempo, según el obispo de la diócesis de Asís - Nocera Umbra - Gualdo Tadino, Domenico Sorrentino.
Carlo (1991-2006) fue un adolescente católico italiano declarado ‘venerable’ por la Congregación para la Causa de los Santos del Vaticano, que aprobó, en febrero de 2020, un milagro atribuido a su intercesión.
Eucaristía, el "camino al cielo"
El futuro beato se dedicó con pasión a publicar una serie de materiales digitales para evangelizar dedicados a los ‘milagros eucarísticos’.
El joven Carlo se distinguió por su amor a la Eucaristía, a la que llamó su "camino al cielo".
La noticia -añade el obispo Sorrentino- fue un rayo de luz "en este momento en que en Italia estamos saliendo laboriosamente de una pesada situación sanitaria, social y laboral".
En estos meses hemos afrontado la soledad y el distanciamiento experimentando el aspecto más positivo de Internet, una tecnología de comunicación para la que Carlos tenía un talento especial, hasta el punto de que el papa Francisco, en su carta CHRISTUS VIVIT dirigida a todos los jóvenes del mundo, lo presentó como un modelo de santidad juvenil en la era digital, explicó monseñor Sorrentino.
Comunicar valores y belleza
El Papa escribe de él:
"Él sabía muy bien que esos mecanismos de la comunicación, de la publicidad y de las redes sociales pueden ser utilizados para volvernos seres adormecidos, dependientes del consumo y de las novedades que podemos comprar, obsesionados por el tiempo libre, encerrados en la negatividad. Pero él fue capaz de usar las nuevas técnicas de comunicación para transmitir el Evangelio, para comunicar valores y belleza" (n. 105).
El cuerpo del venerable se conserva en Asís en el Santuario del Despojamiento. Un signo fuerte, considerando que este lugar recuerda a san Francisco, que siendo joven se despojó de sus vestidos y de todas sus riquezas y pertenencias para seguir a Dios.
El obispo Domenico Sorrentino destacó que la beatificación de Carlo Acutis lo llevará aún más a la atención del mundo de la juventud y será un estímulo para todos.
Amor a Dios contra el consumo y el atontamiento
"La prueba que estamos viviendo no debe hacernos caer. El amor de Dios -continúa el obispo- puede hacer que una gran crisis se convierta en una gran gracia. Necesitamos de una nueva creatividad, generativa y responsable, para construir un mundo diferente, más hermoso y más solidario".
Monseñor Sorrentino rememoró que Carlo "no cayó en la trampa” del tiempo en que vivió. Y citó las palabras del Papa:
Él "veía que muchos jóvenes, aunque parecen distintos, en realidad terminan siendo más de lo mismo, corriendo detrás de lo que les imponen los poderosos a través de los mecanismos de consumo y atontamiento".
De ese modo, no dejan brotar los dones que el Señor les ha dado, no le ofrecen a este mundo esas capacidades tan personales y únicas que Dios ha sembrado en cada uno.
Así, decía Carlos, ocurre que "todos nacen como originales, pero muchos mueren como fotocopias". No permitas que eso te ocurra" (no. 106).
El Infinito es nuestra Patria
Para la Iglesia católica, Carlo Acutis con solo 15 años de edad ha dejado un intenso testimonio de vida auténticamente cristiano.
Desde que recibió la Primera Comunión a los 7 años de edad nunca faltó a la cita cotidiana con la Santa Misa.
El joven permanecía largas horas delante del Sagrario porque consideraba que en el Santísimo Sacramento, allí, estaba realmente presente Dios.
Acutis decía a su párroco que la Virgen era su gran confidente y cada día rezaba el Santo Rosario.
Carlo -según los datos para su proceso- era un adolescente de "profunda vida eucarística y devoción mariana, que han contribuido a que llegase a ser un chico muy especial al que todos admiraban y amaban".
Él amaba decir y animar a sus amigos y familiares: "Nuestra meta debe ser el infinito, no lo finito. El Infinito es nuestra Patria. Desde siempre el Cielo nos espera".
En especial, Carlo, afirman los testimonios, situaba en el centro de su vida el Sacramento de la Eucaristía que llamaba "mi autopista hacia el Cielo".
Pequeño mago de la informática al servicio de la Eucaristía
Cuentan que Carlo era un mago de la programación de computadores, además de un artista con la edición de vídeo, la creación de páginas web, hasta boletines para su comunidad parroquial. Además realizaba voluntariado con niños y ancianos.
Carlo, que falleció a causa de una leucemia fulminante, ofreció su sufrimiento por el Papa y por la Iglesia. "Estar siempre unido a Jesús, ese es mi proyecto de vida".
"Estoy contento de morir porque he vivido mi vida sin malgastar ni un solo minuto de ella en cosas que no le gustan a Dios", decía.
Carlo inspiró a muchas personas, entre ellas su mamá que se convirtió gracias al ejemplo de su hijo que pedía que el evangelio fuera la guía de la propia vida y que cada uno fuera luz en el camino para los otros.
Actualizado octubre 2020 con motivo de su beatificación