Una guía para organizar tu boda teniendo en cuenta lo esencial en estos tiempos inciertos
Tomas la decisión de casarte y de repente , ¡una pandemia mundial! Solo se habla de la pandemia que viene para romper los planes de todos. ¿Será mejor esperar a que termine y que las condiciones sean las ideales?
Todo necesita mucha coordinación y con esto del virus no hay formas claras de anticiparse. Queda esperar un año o incluso más, pero si Dios nos llama a recibir el sacramento del matrimonio, si hemos llegado hasta aquí después de un largo camino que no ha sido fácil, ¿habría que hacerlo esperar más allá del tiempo prudente?
¿Cómo hacer los preparativos cuando todo ha cambiado tanto? Aunque parece que organizar un evento es algo imposible, hay novios que han decidido apostar por seguir adelante con sus proyectos de boda manteniendo el enfoque: no perder de vista lo esencial.
Cuando uno siente que tiene que dar el paso, es importante hacerlo teniendo en cuenta que el momento perfecto no existe. Cuando tienes lo esencial, no puedes detenerte por una cosa accesoria. En momentos como estos la verdad del matrimonio no puede ser más clara.
La preparación de una boda implica tener en cuenta muchísimos detalles que harán más especial ese día tan esperado. Lo cierto es que la boda será un día, pero el matrimonio continuará para siempre y por eso se trata del amor más que de todo lo demás.
Aunque nos guste un lindo vestido y un salón decorado como hemos visto en alguna revista, es el amor auténtico el que hace que el vínculo no se marchite como las flores del ramo y que ese día no quede simplemente en el recuerdo de un álbum de fotos.
Al final, las bodas siempre han sobrevivido y se han adaptado a todos los tiempos. La historia demuestra que han tenido que soportar muchos desafíos globales y hoy no es la excepción. Puede que los novios estén considerando el uso de mascarillas o una lista de invitados más reducida, pero lo cierto es que las bodas están aquí para quedarse.
La pandemia nos arroja sus propios desafíos, pero el conocerse, aceptarse y aprender a amarse el uno al otro es el desafío que nos acompañará todos los días de nuestra vida compartida y que no estará libre de dificultades que tendremos que atravesar juntos.
¡Nada mejor que lanzarse con un primer paso de firmeza y la experiencia de poder valorar lo que de verdad importa! Las historias de los novios que están planeando sus bodas hoy no tienen nada de increíble, pero para ellos es la mejor de todas porque saben que lo que pueden elegir en verdad es muy poco, aunque no por eso lo menos importante.
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Gran parte de lo que hay en ellas lo ha elegido Dios para ellos, incluyendo el coronavirus y las distancias con la familia; cosas que a primera vista pueden parecer tristes, pero que mirándolas más de cerca, no lo son tanto. Tal vez estas renuncias sean una invitación a purificar el amor desde el principio. Hay mucho en este acto de entrega. Hoy vemos a gente que ama de verdad.
Establece la fecha de tu boda
Ahora que ya está la decisión tomada con paz, es necesario fijar una fecha y perseverar pase lo que pase ante los obstáculos que se presenten, que los habrá seguro. Toda decisión de amor pasará por un momento de prueba donde sacará a la luz toda su autenticidad y fortaleza.
Suele haber mucha presión social en torno a la bodas, sobre cómo deben ser o cuándo es el mejor momento pero la verdad es que todo lo que ocurre luego de ese compromiso real de casarse que se hacen los novios, es una consecuencia.
En un mundo donde parece que todo es relativo, es importante buscar la verdad y saber priorizar y poner una fecha independientemente de otros factores externos. Aunque sea tentador sentir que uno quiere cancelarlo todo, nadie sabe lo que ocurrirá y en cuánto tiempo. Pon una fecha y sigue adelante.
Busca acompañamiento espiritual
La preparación a la vida matrimonial requiere de un apoyo espiritual. En estos momentos donde los novios se pueden sentir solos o incluso incomprendidos, es fundamental contar con un buen acompañante. Además, antes de los votos es importante tener claro cuáles son las intenciones reales y plena conciencia del compromiso que se hace con el otro.
Se puede elegir un sacerdote o matrimonio guía. Habitualmente suele ser el mismo sacerdote que finalmente luego de acompañarlos presidirá la celebración el día de la boda. Con él se pueden establecer reuniones virtuales a través de alguna plataforma gratuita y aprovechar a reforzar la preparación espiritual con contenido de ayuda como libros o sitios web que pueda recomendar.
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Cuando recurrimos a estos recursos espirituales, sabemos que no estamos solos y podemos encontrar más confianza en que todo será para nuestro bien y que si buscamos lo más importante, todo lo demás llegará de algún modo especialmente en esos momentos en los que hay que enfrentar miedos y dudas. Encontraremos paz en medio de los preparativos.
Dialoga con matrimonios que admires o respetes y considera también participar de algún taller o cursillo para novios para prepararte mejor y seguir madurando en el amor. Tu acompañante espiritual, puede sugerir alguno virtual o presencial localmente con las medidas de distanciamiento social pertinentes.
Organiza los detalles accesorios con mente abierta
Cuando uno decide casarse lo hace en la situación en la que está, adaptándose a las circunstancias que tocan y no al revés para que todo se adapte a nosotros. Si no estamos bien económicamente, nos ajustaremos a ese presupuesto. Si la pandemia no nos permite reunirnos ahora, nos reuniremos cuando esté permitido.
No todo saldrá tal y cual lo hemos planificado, pero es algo bueno también el saberse dejar sorprender por la vida. La certeza que tenemos es que si ponemos amor cada día en este proyecto, terminará siendo una experiencia de crecimiento que no hará más que fortalecer estos primeros pasos juntos.
La boda debería ser un acto muy personal, que hable de los novios. Por eso hay cuestiones prácticas que sí se pueden incluir como una canción o música que nos guste mucho, fotos y videos que cuenten cómo nos conocimos o algún escrito que nos hagamos para compartir con nuestros seres queridos.
No sabemos la forma en que se presentarán, si la música la tocará alguien o será a través de un ordenador, si estaremos reunidos o nos veremos a través de una pantalla cuando ocurra, pero lo cierto es que estos detalles importantes no faltarán.
Es importante tener una mente abierta y cierta flexibilidad en todo lo que pueda ser logístico. El recuento de invitados probablemente será menor de lo que habíamos imaginado al principio, las flores tendrán que ser las que se consigan localmente y las comidas tendrán que tener un orden en donde cada uno tenga su plato y cubierto sin excepción.
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Incluso puede que haya que considerar ciertos protocolos de seguridad como una encuesta obligatoria previa a todos los invitados sobre síntomas o viajes previos, o pautas como no besar, dar la mano o abrazar. Distribuir alcohol en gel en entradas y salidas y que haya limpieza permanente incluyendo puertas, micrófonos y cualquier otro objeto comunitario.
En general, las bodas siempre han tenido que adaptarse en tiempos difíciles. Y esta no será ni la primera ni la última vez. Durante la Segunda Guerra Mundial por ejemplo, los fabricantes de vestidos de novia tuvieron que solicitar al gobierno ayuda para la fabricación de vestidos de novia de seda, pero muchas novias los sacaban de los paracaídas de sus prometidos y funcionaban igual.
Si no pueden estar, sé creativo para compartir con ellos vuestra alegría
Hoy somos conscientes de que nos hace muchísima ilusión y nos alegraría muchísimo que pudieran acompañarnos todos nuestros amigos y familiares, pero eso ya escapa de nuestro control. Unos más cerca y otros más lejos, nuestros seres queridos nos acompañan y sin importar cómo o dónde, se hacen presentes en los momentos más importantes.
Lo que sí podemos hacer es poner esfuerzo en establecer un buen plan de comunicación con ellos por las redes o creando un sitio web de la boda para responder a preguntas e interactuar con esas personas especiales. La posibilidades son infinitas y para eso podemos pensar en ideas creativas en vías a generar canales de encuentro.
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Adelantaron su boda, les prestaron el vestido y ahora viven confinados su luna de miel
Sea que estemos celebrando una boda virtual a través de una plataforma con todos en línea en diferentes lugares, transmitiendo en vivo la boda para los invitados que no pueden asistir o bien casarnos ahora y guardar la recepción a gran escala para el próximo año celebrando el primer aniversario a lo grande, nunca faltarán.
Prepárate para la luna de miel y más allá…
Prepararse para el matrimonio es algo de por vida. El amor es infinito. No limites tu mente con el objetivo simple de llegar a ese día ¿Y luego qué?. La meta en un proyecto de estas dimensiones, es la vida toda.
Comparte tiempo con tu prometido para aprender sobre métodos de regulación de la fertilidad para conocerse aspirando a vivir una paternidad responsable y una sexualidad más plena. Cuando llegan los hijos, habrá otras responsabilidades y es bueno contar con una base sólida de conocimiento donde las cosas fluyan con más naturalidad.
El matrimonio es cosa de dos, pero el amor se multiplica y la familia es clave para el crecimiento de toda una sociedad. Uno puede dar un paso más, y compartir los frutos de ese amor con los demás desde ahora y ser fecundos.
Una de las propuestas más utilizadas durante esta pandemia es la que ofrece el Proyecto AMAR (Antecedents of Marital Adjustment Research), con sus recursos online donde los novios se registran para participar en un estudio que permite descubrir cuáles son los factores que contribuyen al éxito en un matrimonio.
No solo reciben ayuda para conocerse mejor antes de dar su “sí” formalmente en sociedad, sino que cuentan con el apoyo de especialistas que preparan un informe basado en sus respuestas con el fin de mejorar su relación y recibir un seguimiento posterior durante la vida de casados para seguir creciendo juntos en esta maravillosa aventura.