Sucedió en Monterrey (México) y confirman a Aleteia que fue el primer incidente de este tipo en esa zona desde que se cerraron los templos por el coronavirus. Poco tiempo después, sucedió el robo de una custodia con el Santo Sacramento
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Lejos, muy lejos de haberse aminorado durante la pandemia, la brutal violencia que enfrenta México ha ido creciendo hasta niveles que disparan todas las alarmas. Los meses de marzo y lo que va de abril –mientras millones de mexicanos están en cuarentena—el crimen organizado se ha despachado a sus anchas, con un promedio 90 asesinatos dolosos por día.
A estas cifra roja se une las constantes agresiones físicas y verbales que está sufriendo el personal sanitario que se encuentra en primera línea de acción frente al contagio del coronavirus. Y ahora, la Iglesia.
El 23 de abril por la mañana, el padre Ricardo López, párroco de San Juan Bautista en San Nicolás, Municipio que forma parte del área metropolitana de Monterrey (Nuevo León), trasmitía por redes sociales la Misa cuando, en el momento de la purificación, vio entrar a la fuerza una persona que llevaba un aparato de radiofrecuencia.
El sujeto lo amenazó diciendo que era parte de un grupo dedicado al narcotráfico que opera principalmente en el norte y centro del país, llamado “los Zetas”, y que tenía afuera del templo a “catorce estacas”; es decir, catorce sicarios dispuestos a golpear y someter al sacerdote para extorsionarlo.
El padre López, lejos de amilanarse, le pidió a la persona que estaba grabándolo y trasmitiendo la Eucaristía en vivo que no cortara, toda vez que el supuesto jefe de sicarios se había dirigido a él para exigirle que lo hiciera de inmediato.
Terminó la celebración, el padre López conversó con el supuesto sicario quien siguió amenazándolo. Le dijo que, en ese momento, a través de redes sociales había cientos de personas viéndolo y llamando a la autoridad para aprehenderlo.
Ante esto, el sujeto huyó cruzando la avenida y tomando un taxi. No había nadie en las inmediaciones del templo de San Juan Bautista secundando su intento de extorsión. La autoridad policiaca llegó de inmediato, pero ya no pudo hacer nada.
Momentos después, el padre López envío un mensaje a sus compañeros sacerdotes y a los fieles que siguieron su Misa por Facebook para decir que no había habido mayores consecuencias, pero le pedía a todos, ante el posible incremento de estos actos, que se cuiden y aumenten las medidas de seguridad en los templos.
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Consultado por Aleteia, el encargado de comunicación de la Arquidiócesis de Monterrey, Armando Cavazos, confirmó que era el primer incidente que ocurría en esta demarcación en el tiempo que llevan cerrados los templos por la contingencia del coronavirus.
En tanto, el mismo 23 de abril, después del mediodía, fue sustraída la custodia con el Santo Sacramento del lugar en el cual se había expuesto durante toda la cuarentena de la parroquia de San Juan Bautista La Salle.
Los responsables del templo dieron de inmediato aviso a la policía, y aunque circularon versiones de que los ladrones ya habían devuelto la custodia, no fue así y, sin que hasta el momento se hay dado con los responsables.
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