¿Realmente son tan “super” como dicen?
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Todos conocemos o hemos comprado alguna vez un “superalimento” porque leímos o nos dijeron que es muy saludable y beneficioso para nuestra salud. Pero en realidad son alimentos costosos, que muchas veces compramos con mucho esfuerzo, y dejamos de lado otros de menos valor económico pero importante nutricionalmente.
El alto costo de estos alimentos se debe a que muchos de ellos son exóticos o sea que no se originan en el país, y se producen en pequeñas cantidades lo cual lo hace un producto mayor costo.
Se le llaman “superalimentos” a distintos alimentos como vegetales, algas, granos, frutas, entre otros, por lo general poco conocidos, y se ponen de moda por tener algún nutriente destacado y que ofrece supuestamente múltiples beneficios para la salud.
¿Realmente son tan “super” como dicen? En realidad, no, no son imprescindibles porque contamos con abundantes alimentos sanos en nuestro entorno habitual por lo que nos es necesario recurrir a ellos.
Hay distintas formas de obtener esos nutrientes de forma saludable y beneficiosa para el bolsillo.
Alimentos de nuestra dieta tradicional más económicos por los que podemos sustituir los “superalimentos” sin perder sus virtudes nutricionales
Aceite de coco
El aceite de coco, a pesar de ser de origen vegetal, es rico en grasa saturada, su concentración en el aceite es muy superior a la del coco entero. A su vez la grasa del coco también aporta triglicéridos de cadena corta y media, lo que lo vuelve un aceite especial, siendo sólido a temperatura ambiente. Pero hasta el momento no está comprobado el beneficio del aceite de coco refinado sobre nuestra salud.
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Lo podemos sustituir perfectamente por una opción más económica como el coco rallado, que tiene las mismas grasas, y el plus de aportar fibra y potasio.
Por otro lado, también podemos contar con el aceite de oliva extra virgen, muy rico en grasa monoinsaturada (que es cardiosaludable) y el cual sí cuenta con evidencia a favor de sus beneficios para nuestro organismo.
Bayas de goji
Estos frutos se destacan por su poder antioxidante, principalmente por su alto contenido en flavonoides y antocianinas. Los promocionan y son ricas en fibra y vitamina C, por lo que le otorgan varias cualidades beneficiosas para el organismo, entre las más destacadas la de que ayudan a adelgazar y mantener la juventud. Sin embargo, a nivel científico no hay un consenso específico de estos beneficios.
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Pero debemos saber que hay otros alimentos nutricionalmente beneficiosos para nuestra salud, y que podemos encontrar más fácilmente y que se destacan de la misma manera con esos nutrientes, como los frutos rojos, las grosellas negras, los arándanos, y la gran variedad de coles que podemos encontrar en el mercado según la temporada, como el brócoli, col de Bruselas, coliflor y muchos más.
Estas frutas y vegetales son aún más ricos en antioxidantes, fibra, los arándanos por ejemplo tienen más vitamina C que las bayas de goji.
Maca
La maca es un tubérculo, que aporta proteínas, ácidos grasos polinsaturados, minerales y vitaminas como la vitamina C, hierro, calcio, magnesio, cobre y zinc y además antioxidantes.
Es un alimento que se puede utilizar como ayuda para cubrir requerimientos de determinados nutrientes (como en dietas veganas) o prevenir carencias y se le considera beneficioso para la salud cardiovascular y metabólica.
A pesar de que es cierto que es buena para nuestro organismo, no es un alimento mágico, ni tan accesible económicamente para toda la población.
Es por ello que podemos buscar estos nutrientes a través de otros alimentos como puede ser la levadura de cerveza o tradicional, el germen de trigo (de buen valor proteico, de vitaminas y minerales), o el salvado de avena o de trigo, o los frutos secos, todos fuentes de proteína vegetal y fibra, y ricos en vitaminas, minerales y antioxidantes.
Espirulina
Tiene buenas propiedades nutricionales, principalmente es de alto contenido proteico y también de minerales como el hierro. Se ha recomendado su empleo contra la malnutrición aguda en situaciones de emergencias humanitarias, por ejemplo.
Se ha demostrado que es un regulador contra la hiperglicemia y la hiperlipidemia. Sin embargo, también tiene contraindicaciones.
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Hay otras algas para sustituirla como las algas nori y algas kelp desecadas, que también tienen un alto valor proteico, de grasas insaturadas, mucha fibra y elevado contenido de minerales y vitaminas del complejo B. Por otro lado, para cubrir el aporte de hierro lo podemos hacer a través de la levadura de cerveza, legumbres o harina de legumbres.
Semillas de chía
Su mayor aporte es en proteínas, grasas (ácidos grasos omega 3) y fibra soluble que ayuda en casos de estreñimiento. Su alta concentración en ácidos grasos omega 3 es muy importante ya que actúa como protector a nivel cardiovascular.
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Pero las grasas omegas 3 también las podemos encontrar en otros alimentos de menor costo, como las semillas de lino, o frutos secos como las nueces. También son recomendables las semillas de calabaza que podemos prepararlas fácilmente en casa o de girasol.
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Quinoa
Un pseudocereal, con el alto contenido en carbohidratos, proteínas vegetales y fibra. Los valores de sodio son bajos, algo muy favorable para personas con hipertensión arterial. Presentan compuestos con alto contenido antioxidante ideales para prevenir el desarrollo de enfermedades cardiovasculares.
Pero a pesar de ser un alimento recomendable a nivel nutricional, en el momento de la compra puede resultarnos algo costoso, por lo que podemos remplazarla por la soja, que tiene a su vez mayor aporte de grasas poliinsaturadas, fibra y de proteínas que la quinoa. También la avena, el germen de trigo tienen valores nutricionales similares si los complementamos con un lácteo, frutas o frutos secos. Otra alternativa es a través del consumo a la vez de legumbres con cereales como por ejemplo unas deliciosas lentejas con arroz.
Estos productos catalogados como “superalimentos” tiene un valor nutricional importante y podemos incluirlos en nuestra alimentación siempre que mantengamos una alimentación equilibrada y variada al mismo tiempo, pero sin buscar en esos alimentos beneficios mágicos.