Desde hace ya algún tiempo el aceite de coco se ha convertido en un alimento muy consumido en los hogares de todo el mundo, por sus posibles múltiples beneficios para la salud. El aceite de coco es extraído de la fruta de coco tropical. Es un aceite nutritivo y natural. Pero no todos los aceites de coco son iguales.
Por un lado, están los aceites parcialmente hidrogenados, que se usan principalmente en la industria alimenticia, pero son tan perjudiciales como las grasas trans. Luego se puede encontrar el refinado, que se extrae por procedimientos químicos de la pulpa del coco blanqueada y desodorizada. Atención: de él no se conoce aún si aporta algún beneficio para la salud.
Por otro lado, está el aceite de coco virgen (no refinado) que es extraído de manera natural de la pulpa madura de los cocos sin procedimientos agresivos, químicos ni altas temperaturas. Este es el aceite que puede ofrecer algún beneficio para el organismo.
En cuanto a su composición nutricional, el coco dispone de:
Un 92% de ácidos grasos saturados.
Un 6 % de ácidos grasos monoinsaturados.
Un 2% de ácidos grasos poliinsatusaturados.
Su aporte calórico en 1 cucharada sopera (10 ml) de aceite de coco es alrededor de 117 kcal.
¿Es cierto que es beneficioso su consumo?
Los beneficios se deben a su contenido de Ácidos Grasos Saturados de Cadena Media (AGCM), a diferencia de las grasas animales que poseen ácidos grasos saturados, pero de cadena larga.
Las grasas de cadena media requieren menos sales biliares para su digestión, se absorben rápidamente en el intestino y pasan directamente al hígado, lo que ayudaría a disminuir los niveles de colesterol malo o LDL. Pero este efecto benéfico no se ha podido comprobar en estudios con pacientes sanos, sólo se ha confirmado en pocos estudios experimentales en animales. Puedes consultarlo, por ejemplo, en: https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/15329324
Otro de los beneficios que se le asocian son los que procuran sus antioxidantes, por sus propiedades contra bacterias y virus, así como la protección contra el cáncer y otras enfermedades. Sin embargo, tampoco existen aún estudios convincentes en personas sanas.
Se ha comprobado científicamente que es beneficioso su uso cuando se presenta un eczema, un tipo de dermatitis (inflamación de la piel) que brota una y otra vez, que normalmente se empieza a manifestar en la niñez, pero es hereditario. En estos casos uno lo puede usar de distintas maneras, ya sea consumiéndolo, colocando un poco sobre la piel afectada o en el agua a la hora de bañarse.
Usos en la cocina:
Es ideal para salteados porque añade un suave aroma de nuez y no domina ni desmejora el sabor de las comidas.
Al natural se puede usar para untar en tostadas, agregado a un batido de frutas y vegetales, en ensaladas, para cocinar huevos, cereales al vapor, papas al horno, en postres…
Suele ser utilizado también en alimentaciones especiales, sueros, fórmulas para bebés y en bebidas energéticas para deportistas.
En el momento de la compra hay que tener en cuenta que sea aceite de coco virgen, que no esté prensado ni hidrogenado.
Algunas recomendaciones:
- Puede formar parte de la alimentación mientras esta sea equilibrada y se consuma de manera moderada, una o dos veces por semana con vegetales y frutas.
- Complementar con otros tipos de grasa vegetal ricos en grasas insaturadas (grasas buenas) como el aceite de oliva y limitar las grasas saturadas. Por su cantidad de antioxidantes varios estudios han comprobado que pueden combatir y prevenir las enfermedades cardiovasculares dentro de una alimentación y estilo de vida saludable.
- Consumir el fruto, o sea el coco, y otras grasas vegetales como chía, ajonjolí, almendras, nueces, nueces de la India, piñones, cacahuetes, etc… que además también ofrecen fibra para una buena digestión y proteínas para la regeneración de los tejidos.
- En caso de usarlo diariamente, no más de 2 cucharadas al día y además reducir el consumo de otras grasas saturadas.
Hoy celebramos a...