"Lo que está pasando es una vergüenza", lamenta el obispo de Pemba tras el último ataque en su diócesis.
El pasado lunes, 23 de marzo, durante varias horas, un grupo armado atacó y ocupó la ciudad de Mocímboa da Praia, capital de distrito en la provincia de Cabo Delgado, en el norte de Mozambique, y que cuenta con unos veinte mil habitantes.
Según medios locales, los atacantes quemaron edificios públicos, liberaron a los presos en la cárcel local e incluso patrullaron las calles libremente. Como signo de esta demostración de fuerza, los insurgentes izaron la bandera negra que identifica a los grupos yihadistas.
En una conversación telefónica a la Fundación ACN el obispo de Pemba, Mons. Luiz Fernando Lisboa, confirmó la noticia: “Entraron y salieron como quisieron. No hubo una fuerte reacción de las fuerzas de seguridad. Muchos huyeron porque los atacantes eran más numerosos, así que estos se llevaron ropa, armas, comida, coches y ropa de los militares. Algunos [de los atacantes] estaban vestidos con [uniformes] militares. El llamado refuerzo de las fuerzas de defensa llegó sólo después de que se habían retirado”, explicó el obispo a ACN.
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