En Erbil, donde cayeron los misiles iraquíes en respuesta a los americanos, los cristianos temen volver a la misma situación que en 2014, con el asalto del ISIS
El convento dominico Pierre Martyr se encuentra en el centro de Erbil, la capital del Kurdistán iraquí que fue objetivo, la noche entre el 7 y el 8 de enero, de los misiles iraníes disparados contra las fuerzas militares estadounidenses e internacionales desplazadas en la región.
Además, está justo al lado del aeropuerto. “Rezamos por la paz en Irak y en la región”, explican los monjes, en declaraciones a la Agenzia Sir (8 enero). En la primera noche del raid, no hubo víctimas. Se espera que “pueda prevalecer el diálogo entre personas de buena voluntad”.
Testimonios desde el convento
De los dos misiles lanzados por Irán, cuentan desde el convento, uno cayó a 50 km de Erbil, en medio del campo, y explotó sin causar víctimas, al menos según las fuentes locales. El otro cayó sin hacer explosión.
En el lugar se encuentra el padre Olivier Poquillon, anterior secretario general de la COMECE (Comisión de los Episcopados de la Unión Europea), que desde el pasado mes de septiembre se encuentra en Irak, para estar junto a las poblaciones locales y la comunidad católica.
Poquillon cuenta al Sir de una situación que preocupa a todos; la mirada se dirige a política internacional, a Teherán y a Washington, que – se espera – no jueguen a las apuestas, poniendo en peligro otras vidas humanas.
La esperanza de los párrocos
Habla de gran “tensión” entre los habitantes de Erbil también el padre Paolo Mekko, párroco caldeo de Karamles, uno de los pueblos de la Llanura de Nínive. “El miedo más grande es el de no saber qué va a suceder. Cuáles pueden ser las consecuencias. Es un miedo que paraliza”, explica, contando cuál es el estado de ánimo de los cristianos de Erbil, con los que está “en continuo contacto”.
El padre Benoka, sacerdote siro-católico, dice que ha aumentado la inseguridad de los cristianos iraquíes en la Llanura de Nínive tras el raid estadounidense que mató al general Soleimani en Bagdad. “Somos los más débiles entre los débiles. La ciudad cristiana de Bertella está controlada por milicianos chiíes shabak” (Vatican News, 9 enero).
Qué está sucediendo en la Llanura de Nínive
En la capital del Kurdistán iraquí de hecho hay aún muchos cristianos huidos de la Llanura de Nínive tras la invasión del Estado Islámico en 2014, que esperan poder volver a sus casas y reconstruirlas.
Tras la desarticulación militar del ISIS, unos 55.000 cristianos tuvieron el valor y la fuerza de volver a sus hogares, con la ayuda de las iglesias locales (caldea, siro-católica y siro-ortodoxa) y, solo recientemente, de las instituciones del Gobierno de la nación. Pero sin las organizaciones humanitarias, las iglesias no habrían podido hacer frente a la emergencia. Sólo para Irak, Ayuda a la Iglesia Necesitada ha financiado iniciativas por 46 millones de euros.
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