El papa Francisco habló con franqueza a un grupo de veinticuatro jesuitas sobre los asedios del mal a su pontificado. “El papa está tentado, está muy asediado: solo la oración de su pueblo puede liberarlo, como se lee en los Hechos de los Apóstoles”, dijo Francisco en un diálogo privado con los jesuitas de Mozambique y Madagascar, publicado en la revista La Civiltá Cattolica, este jueves 27 de septiembre de 2019.
“Pienso que tenemos que enseñar a la gente la oración de intercesión, que es una oración de valentía, de parresia”, manifestó Francisco a un grupo de correligionarios de la Compañía de Jesús, la Orden a la que pertenecía Bergoglio antes de ser papa, durante su periplo por África.
“Pensemos en la intercesión de Abrahán por Sodoma y Gomorra. Pensemos en la intercesión de Moisés por su pueblo. Tenemos que ayudar al pueblo a ejercitar más a menudo la intercesión. Y nosotros mismos debemos hacerlo más”, abundó.
Luego el Papa ha puesto como buen ejemplo lo que hace la “Red Mundial de Oración del Papa”, dirigida por el P. Fornos, cuya misión es promover sus intenciones de oración por los desafíos de la humanidad y de la misión de la Iglesia. La iniciativa incluye el Movimiento Eucarístico Juvenil.
Francisco se siente un pecador, a pesar de ser el líder espiritualde cerca de mil doscientos millones de católicos en el mundo, y quien, admite, necesita de la oración del pueblo de Dios para ser liberado del mal y de sus insidias, así como la iglesia misma, y todos los fieles que viven la constante ‘lucha espiritual’ que expone San Ignacio, difundida hace más de cuatro siglos y medio, en los ejercicios espirituales.
“Cuando Pedro estaba prisionero, la Iglesia oró incesantemente por él. Si la Iglesia ora por el papa, esto es una gracia. Yo siento de verdad continuamente la necesidad de pedir la limosna de la oración. La oración del pueblo sostiene”, expresó el Papa.
“El asedio del Papa no es un asedio humano, sino espiritual, es decir de las tentaciones”, dijo Antonio Spadaro al TG1, el noticiero del canal 1 de la RAI (26.09.2019), presente en el diálogo que tuvo lugar de manera privada el jueves 5 de septiembre entre el Papa y los jesuitas, el cual fue transcrito por el jesuita italiano, quien acompañaba al Papa en su periplo por tres países de África.
“El papa no está afectado por enemigos humanos, no es esto lo que le preocupa, nunca le ha molestado, ni siquiera antes de que fuera elegido papa”, comentó el también director de la Civiltá Cattolica.
A propósito de la parresia, de la franqueza que profesa el Papa, durante el vuelo de ida y de regreso de su 31 viaje internacional a África, él respondió a los periodistas sobre la posibilidad de un cisma en la Iglesia por el malestar que causa en algunos círculos conservadores el rumbo que está dando a la Iglesia en temas como el cuidado de la creación, la misericordia antes que solo imponer doctrina, la “moral” completa y no de la ‘cintura para abajo’.
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“Diría francamente que no existe (un cisma en la Iglesia). Alguien lo ha considerado el cisma de twitter y de facebook. A veces, existen tensiones creadas a propósito para crear movilización dentro de la Iglesia”, expresó Spadaro, que además, reafirmó el “elemento profético que en este momento Begoglio está dando a la Iglesia Católica”, que con sus posiciones genera un “terremoto”, pero que son “saludables dentro de un cuerpo vivo, que es la Iglesia”.
En este sentido, recordamos que el papa Francisco consideró un honor recibir críticas, sobre todo por parte de interlocutores ilustres y minimizó recientemente que le preocupara un cisma dentro de la Iglesia.
Francisco recibe los ataques de los ‘hombres’, casi sin sorpresa y como parte de su misión, sin embargo, espera, que dentro y fuera de la Iglesia, pueda recibir esas críticas de manera directa, no como recordó el mismo, sucede con aquellos que sonríen y luego llevan detrás en la espalda un cuchillo.
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En efecto, el Papa está realizando un ciclo de catequesis sobre los Hechos de los Apóstoles durante las audiencias generales en las que recuerda a los fieles sobre las insidias del mal contra los seguidores de Jesús y las armas diabólicas de la murmuración y de la mentira.
En su ultima catequesis del miércoles, antes de la publicación del diálogo con los jesuitas en África, el Papa denuncia la calumnia como un “cáncer diabólico” dentro y fuera de la Iglesia que nace “de la voluntad de destruir la reputación de una persona, agrede al cuerpo eclesial y lo daña gravemente”.
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