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Santuario de la Virgen del Bosque en Imbersago (Milán)
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En el pequeño pueblo de Imbersago que queda en la ciudad de Lecco (Milán), se encuentra un importante santuario mariano, donde ocurrieron varios hechos milagrosos.
Muchas parejas eligen este hermoso lugar con vista panorámica de la Valle dell’Adda para darse el “sí quiero”, y no sólo por su encantador paisaje sino también para pedir protección de un buen matrimonio a la Virgen.
Según la leyenda, el 9 de mayo de 1671, tres pastorcitos cuidaban del rebaño en el bosque cerca de tres grandes castaños donde se encontraba una fuente llamada del “Lobo”, por la cantidad de estos animales que infestaban la zona. Los niños vieron de repente a una gran Señora entre luces celestes, esplendores celestiales y melodías armoniosas.
Uno de los niños llamado Pietro, tomó con mucho asombro un erizo de castaña completamente maduro, era primavera y las castañas maduran en otoño. Cuando los niños contaron y mostraron la castaña madura, los lugareños lo tomaron como un prodigioso signo de que la Santísima Virgen María quería ser honrada en ese lugar.
Así comenzó la devoción a la Virgen del Bosque, o Virgen del Erizo o Virgen de los Milagros de Imbersago. Después del milagro del erizo, sucedieron muchos otros milagros más.
El segundo milagro, ocurrió justo después del anterior: una familia entera estaba pastando su rebaño cerca de la fuente, cuando un lobo, en un descuido de los padres; se llevó al pequeño de la familia, de pocos días de vida. La madre desesperada pidió ayuda a la Virgen que apareció en uno de los castaños, ordenando al lobo que entregara al bebé, a lo que este obedeció mansamente. También fue gracias a este milagro que la población decidió construir la primera capilla en la que, de hecho, se representa al lobo en un fresco.
En agradecimiento, en el sitio de las apariciones, se erigió una pequeña capilla, llamada “El Scurolo”, enriquecida por un valioso fresco de Barabino, que representa a la Virgen y el Niño. Más tarde en 1646, sobre la capilla se construyó la Iglesia.
Este santuario fue visitado varias veces por el pequeño Angelo Roncalli (san Juan XXIII). El “Papa Bueno”, recordando lo importante que fue en su infancia, escribe las siguientes palabras: “’Todos los Santuarios de María son muy queridos para mí, visité muchos … Pero recuerdo con especial afecto el Santuario de la Virgen del Bosque, porque fue la sonrisa de mi infancia, la custodia y el aliento de mi vocación sacerdotal … Construyamos juntos esta edificación de piedad mariana, que es motivo de paz festiva y alentadora para nuestras buenas personas que … aman volver sus ojos y oraciones hacia Ella, la Reina y Madre de la Misericordia”.
Para llegar al santuario se construyó una Escalera Santa, al que se conceden 349 días de indulgencia por cada escalón subido recitando el rosario. Y en la cima de esta Escalera Santa, se colocó una importante estatua de bronce en honor a san Juan XXIII, que fue inaugurada en 1962, por el papa san Pablo VI.
Fuente: madonnadelbosco.org