No se trata solo de responder a los lloros del niño cuando pensamos que está mojado, o hambriento, o cansado o con dolor de estómago
Estamos adoptando en este frenético siglo XXI cierta pasividad con los niños recién nacidos. Se ve muy claro en las madres o cuidadoras que no les dirigen un gesto, una palabra, una mirada pendientes de sus móviles en el parque infantil.
Se ve en la calle y sucede en las casas. Niños paseados en cochecitos y madres o cuidadoras que andan distraídas con el móvil. A este fenómeno le llaman en el mundo anglosajón texting while parenting. Es decir, y en una traducción muy poco literal, significaría: hacer de padres mientras se está texteando a través del móvil. Es un síntoma muy expresivo de nuestro presente.
En general cada vez hay menos tiempo para dedicarle al niño de menos de 13 ó 14 meses. Hay prisa y un cierto narcisismo de unas madres, padres o cuidadores que tienen cosas más importantes que hacer.
Los niños necesitan a estas edades constantes atenciones no sólo en higiene, cobijo y descanso. Necesitan sentirse vivos, reconocidos y sobretodo seguros de que su madre (en ocasiones será un padre, familiar o cuidador) los quiere y los protege.
Si todo funcionase dice de estos niños bien atendidos cuentan con un apego seguro. Es un concepto muy estudiado. Significa que se ha establecido un vínculo con el niño como reflejo del lazo afectivo que se ha fundado entre ambos.
Un vínculo afectivo duradero, predecible, donde el adulto le indica al bebé que siempre está a su disposición y el niño “entiende” que todo anda bien, que el mundo es confiable, que puede tirar del lazo que le une a su madre y esta aparecerá.
Consecuentemente esta persona cuidadora, para mantener el afecto estable, debe responder a los requerimientos del niño de un modo sensible y con una capacidad de respuesta proporcionadamente rápida.
No se trata solo de responder a los lloros del niño pues pensamos que está mojado, o hambriento, o cansado o con dolor de estómago.
Todo esto hay que tenerlo en cuenta pero cuando está calmado hay que desplegar un buen registro de gestos, miradas, sonrisas, palabras (sí: no importa que no las entienda) para demostrarle al niño que como cuidador estamos ahí;para confirmarle que somos el adulto de referencia que va a cuidar de él.
Hemos de generar entonces en sus afectos nada verbales aún el siguiente mensaje: “estoy aquí y te quiero con locura, cuenta conmigo pues yo te cuidaré”.
Ahínace un sinfín de elementos comunicativos que confirmaneste objetivo. Y tienen un denominador común: no son palabras pero tienen un mensaje de gran densidad afectiva. Destaquemos unas cuantas situaciones de apego en el vocabulario español:
Usted está leyendo este artículo gracias a la generosidad suya o de otros muchos lectores como usted que hacen posible este maravilloso proyecto de evangelización, que se llama Aleteia. Le presentamos Aleteia en números para darle una idea.
20 millones de lectores en todo el mundo leen Aletiea.org cada día.
Aleteia se publica a diario en siete idiomas: Inglés, Francés, Italiano, Español, Portugués, Polaco, y Esloveno
Cada mes, nuestros lectores leen más de 45 millones de páginas.
Casi 4 millones de personas siguen las páginas de Aleteia en las redes sociales.
600 mil personas reciben diariamente nuestra newsletter.
Cada mes publicamos 2.450 artículos y unos 40 vídeos.
Todo este trabajo es realizado por 60 personas a tiempo completo y unos 400 colaboradores (escritores, periodistas, traductores, fotógrafos…).
Como usted puede imaginar, detrás de estos números se esconde un esfuerzo muy grande. Necesitamos su apoyo para seguir ofreciendo este servicio de evangelización para cada persona, sin importar el país en el que viven o el dinero que tienen. Ofrecer su contribución, por más pequeña que sea, lleva solo un minuto.