Para crecer y madurar es necesario afrontar retos complicados
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A todos nos gusta nuestra zona de confort: es ese lugar en el que nos sentimos cómodos y seguros, es el sitio donde no tenemos que arriesgar mucho y las posibilidades de fracaso son muy bajas. Pero también hemos experimentado el gozo de conquistar algún miedo, de lograr algo que nos ha costado o de descubrir que somos capaces de lograr algo que nunca hubiésemos imaginado.
La crianza moderna utiliza mucho la zona de confort. Muchas de sus recomendaciones van siempre en favor de que el niño se sienta siempre cómodo y seguro, que sus fracasos sean pocos y que no se sienta impulsado a hacer algo que no quiere. Este tipo de crianza, aunque se realiza con buena intención, priva a nuestros hijos de enfrentarse a situaciones o experiencias que los hacen crecer y los preparan para la vida adulta.
No es cuestión de ser masoquistas, o de estar siempre buscando que nuestros hijos estén incómodos, pero si los padres no animamos a los hijos a salir de aquella posición que les resulta familiar, de aquello que les gusta o saben hacer, no podremos descubrir con ellos tantas opciones que la vida les presenta para crecer y madurar.
En esta galería, varios consejos para sacar a tus hijos de esa zona de confort: