El reiki es un popular servicio de curación alternativa que tiene su origen en la cultura budista japonesa y, de acuerdo con sus defensores, busca ayudar al individuo a relajarse además de sanar.
William Rand, fundador y presidente del International Center for Reiki Training, promueve que “rei es la consciencia omnisciente de Dios y ki es la energía vital, que anima a todas las cosas vivas”.
Según Rand, “el flujo libre y equilibrado de ki es la causa de la salud. Los bloqueos o disrupciones en el flujo de ki son la primera causa de enfermedad”.
En este orden de ideas, muchos cristianos conectan con esta espiritualidad y se forman en el arte del reiki con la creencia de que es acorde a la doctrina cristiana.
Sin embargo, la Conferencia Episcopal Católica de Estados Unidos publicó una declaración hace algunos años sobre los peligros espirituales del reiki.
La declaración de los obispos de EE.UU.
Los obispos estadounidenses consideran que el reiki no tiene credibilidad científica como para ser empleado como medio natural de curación.
Esto implica que los métodos usados no se basan en la ciencia médica, sino en la creencia en un poder espiritual. Aunque algunos creen que este poder viene de Dios, el método del reiki no coincide con la curación divina según se ve en la Biblia.
No obstante, la realidad es que para los cristianos el acceso a la curación divina es mediante la oración a Cristo como Señor y Salvador, mientras que la esencia del reiki no es una oración sino una técnica que transmite el “Maestro reiki” al alumno, una técnica que una vez que se llega a dominar, producirá formalmente los resultados previstos. Algunos practicantes intentan cristianizar el reiki añadiendo una oración a Cristo, pero esto no afecta a la naturaleza esencial del reiki. Por estas razones, el reiki y otras técnicas terapéuticas similares no pueden identificarse con lo que los cristianos llamamos curación por la gracia divina.
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No es aceptable para un cristiano
Los obispos concluyen con una advertencia a los cristianos de los peligros detrás de esta práctica.
En términos del cuidado de la salud espiritual personal, existen importantes peligros. Para usar el reiki, uno tendría que aceptar, al menos de forma implícita, conceptos claves de la cosmovisión que subyacen a la teoría reiki, elementos que no pertenecen ni a la fe cristiana ni a la ciencia natural.
En consecuencia, un católico que pone su confianza en el reiki estaría actuando en la esfera de la superstición, tierra de nadie que no es de la fe ni de la ciencia. La superstición corrompe la adoración personal de Dios, ya que conduce el sentimiento religioso personal y la práctica hacia una dirección equivocada.
Aunque pudiera parecer que el reiki puede usarse en un contexto cristiano, su origen y doctrina espiritual central no corresponden con el cristianismo y puede alejar a la persona de Dios, invocando poderes espirituales alternativos para producir un resultado deseado.
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Si buscamos sanación corporal de Dios, el sacramento de la Unción de los Enfermos, que se ha transmitido a lo largo de los siglos y administrado por las manos de un sacerdote, puede fortalecer nuestra resolución y curarnos de verdad, en cuerpo y alma.
Cabe señalar que esta práctica pertenece a la New Age , que de ningún modo es compatible con la fe católica.