La muerte de su hijo, “Chumita”, debido al cáncer despertó fuerte sensibilidad en Bolivia y representa un ejemplo de una dura realidad que los pacientes con esa enfermedad padecen.Sucedió en octubre de 2017, hace ya un año. Claudia, una mujer de origen boliviano, fue detenida en la localidad argentina de Jujuy luego de que se confirmara que estaba transportando unas 40 cápsulas (cerca de un kilogramo) de cocaína, según recuerda medios locales como El Deber.
Claudia, prosiguen las crónicas, lo hizo a cambio de 500 dólares, pero en el fondo había un fin superior: tratar de costear de alguna manera el tratamiento de su hijo enfermo de cáncer, además de conseguir efectivo para ayudar a sus otros hijos.
Desde aquel momento Claudia debió pasar sus días en una prisión de Salta, otra localidad argentina. Pero en las últimas horas logró regresar a su país, aunque no de la manera que hubiera soñado o imaginado, sino que fue precisamente para darle el último adiós a “Chumita”, su hijo con cáncer que falleció y cuyo caso conmovió a Bolivia.
Esta madre boliviana, fiel reflejo de la situación de vulnerabilidad que viven muchas personas en diversos países de América Latina, logró despedir a su hijo gracias a “un permiso humanitario” (válido por 30 días) que le fue otorgado con tales fines.
Sin embargo, con el paso de las horas otro concepto fue el que se extendió a nivel de clamor: “perdón humanitario”. En ese sentido, trascendió el inicio de gestiones para tramitar esta iniciativa que busca que Claudia no regrese a Argentina y que pueda quedar en libertad para dedicarse al cuidado de sus hijos.
“Vamos a destacar una delegación que viajará en próximas horas a la ciudad de San Salvador de Jujuy, capital de Jujuy en el norte argentino, para tramitar directamente un mecanismo que se denomina perdón humanitario para buscar la liberación de los cargos penales y ella pueda quedarse en el país atendiendo a sus otros hijos”, había dicho el ministro de Justicia Héctor Arce a la Agencia Boliviana de Información.
Por estas horas en Bolivia se pide “misericordia” por la madre de “Chumita”, este adolescente de 13 años, amante del fútbol (soñaba ser jugador profesional) y que cumplió su deseo de ver a su madre por última vez.
Paz en la tumba para Chumita, que espero a su mamá para dar su último respiro pic.twitter.com/zHT49k4ZLu
— JUAN CARLOS ARANA (@JUANCARLOSARANA) October 18, 2018
El caso de Claudia no es sencillo, pues el tráfico de drogas de por sí no lo es, pero deja de manifiesto una situación que merece urgente atención y que también tiene que ver con los enfermos con cáncer en el país sudamericano.
“Abandono”
Días de intensa movilidad y manifestaciones han sido los que han tenido últimamente tanto enfermos de cáncer como familiares en Bolivia.
Inconvenientes económicos o dificultades para recibir un tratamiento digno ha generado preocupación a nivel de la sociedad, que ha puesto su mirada en estas personas.
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Entre las voces de reclamaron mayor atención y urgencia se encuentra la del obispo de El Alto, Eugenio Scarpellini, quien hizo referencia al tema del “abandono” por parte del gobierno para con estas personas.
“La angustia y la impotencia de los enfermos de cáncer que hemos visto manifestar y reclamar en estos días, son una muestra de las graves lagunas de nuestro servicio en salud y del abandono e insensibilidad gubernamental en que viven, ellos son una categoría de pobres en nuestro país”, dijo en su homilía dominical en la Basílica de San Francisco (La Paz), reproducen medios como El Deber.
De esta manera, el obispo ha dejado en claro que este tema preocupa, se lo sigue con atención y merece rápida acción.
Mientras todo esto acontece, la pregunta sigue en el aire: ¿Habrá “misericordia” para Claudia, una madre presa que quiso salvar a su hijo con cáncer?
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