Miles de peregrinos acompañan una devoción que tiene más de cuatro siglos La Virgen del Cisne, una de las advocaciones marianas más famosas de Ecuador y fuertemente venerada en el mes de agosto, también tiene su “maratón”.
El recorrido comenzó este 17 de agosto o desde la Basílica Nuestra Señora de Guadalupe de El Cisne (santuario nacional) hasta la ciudad de Loja, donde está la catedral. Se trata de una caminata de 74 kilómetros durante tres días (hasta este 20 de agosto, momento de la festividad central) donde miles de devotos se ponen en camino para homenajear a “La Churona” (conocida así por sus cabellos rizados).
La imagen cautiva a personas de todo tipo en Ecuador, entre ellas también a extranjeros provenientes de países cercanos como Perú y Colombia.
En las últimas horas, a través de medios locales como El Telégrafo, se informó sobre el trabajo que están haciendo las autoridades para garantizar la seguridad de los peregrinos durante este particular recorrido, algo que incluye controles en calles, rutas, además del establecimiento de puestos de hidratación, etcétera.
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¿Por qué esta devoción atrae tanto?
El nombre de esta advocación se debe gracias a la denominada “Orden de los Caballeros del Cisne”, con origen en Europa, que solía construir iglesias en las cimas de las montañas en honor a la Virgen. Tutelados por los franciscanos, estos sacerdotes estuvieron vinculados a la fundación de Loja.
Se trata de una devoción con cuatro siglos de historia y las versiones en cuanto a su origen son variadas, indica en su sitio web la propia Basílica de El Cisne.
Una de ellas tiene que ver con una aparición de la Virgen luego de una hambruna que asolaba a la región debido a una intensa sequía cuando sus habitantes habían decidido abandonar el lugar. Debido a esto, la versión indica que la Virgen pidió que se quedaran en el lugar y que su deseo era que allí se construyera una iglesia.
Con el correr de los años la devoción fue aumentando, los indígenas levantaron un santuario en el lugar y recién en 1934 fue el construido el que se mantiene hasta estos días. Incluso, un decreto del año 1826 a manos de Simón Bolívar permitió establecer una visita de la Virgen a la ciudad de Loja, además de una feria anual para su veneración.
Es por todo esto que esta imagen seguirá cautivando los corazones de los ecuatorianos, una tradición de muchos años y también polo de atracción para muchos otros que vienen de lejos, siendo la caminata de más de 70 kilómetros durante tres días una de las peregrinaciones más famosas de la región.
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