Un tema que sacude a Argentina y que da cuenta de decenas de miles de millones de dólares, el pago de coimas, funcionarios y empresarios detenidos, además de una “ola” de arrepentidosDel aborto a lo que, si las denuncias realizadas son probadas, podría ser el mayor escándalo de corrupción de la historia argentina. No parece haber respiro en la opinión pública en el país sudamericano. Y la gravedad de los temas no dan respiro.
La salida a la luz de unos cuadernos en los que un exchofer del Ministerio de Planificación de los dos anteriores gobiernos habría anotado con detalle un circuito de recolección de coimas produjo un efecto inesperado: una serie de presentación ante la justicia de “arrepentidos”. Se trataría de pagadores de retornos ilegales por la adjudicación de obras públicas, y también de funcionarios encargados de recolectarlas. Se trata de personas que, de distinta forma, podrían haber colaborado con la comisión del delito, pero al revelar información que permite la clarificación de la causa en instancias superiores reciben ciertos beneficios.
Hasta el momento hay 11 empresarios arrepentidos, y dos ex funcionarios. Independientemente de los nombres propios, que se encuentran fácilmente en los portales periodísticos argentinos, la cantidad es inédita en la historia argentina. Por presentarse bajo este régimen, recientemente reformulado en la Argentina y que ha tenido mucho éxito en otros países como Brasil, los imputados arrepentidos podrían recibir una importante reducción en su pena. Y mucho más.
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Durante una entrevista televisiva con la conductora Mirtha Legrand, la señora Laura Muñoz, exmujer de un supuesto testaferro del exvicepresidente Amado Boudou explicó por qué le insistió a su exmarido que se presente como arrepentido en la causa Ciccone. Alejandro Vanderbroele fue condenado a dos años de prisión, pena menor a la que le hubiese correspondido si no aportaba información que sin él no se hubiese obtenido.
Muñoz, tal como explicó en el programa televisivo, temía por la vida de Vanderbroele: “Para mí en lo personal era muy importante que se declare como arrepentido. Yo le insistí muchísimo para que lo haga porque pensé que lo iban a matar (…) No quería que mi hija, que ya había perdido tanto, se quede sin padre”.
“También para que vuelva a tener un poquito de dignidad a los ojos de mi hija y cuando sea más grande le pregunte: Papá, ¿qué hiciste?”, agregó, y completó: “Ahora ella dice una frase que es buenísima, y aparte la dice con una alegría…. Dice: ‘Mamá, nunca es tarde para decir la verdad’, como orgullosa del padre. Para mi fue muy positivo, porque mi hija tiene un padre, y lo puede mirar con cierto orgullo todavía”. Muñoz y Vanderbroele tuvieron tres hijos, la más pequeña, a la que hace referencia, tiene diez años.
De acuerdo a la prensa que da crédito a los testimonios de los arrepentidos, hoy en manos de la justicia, las sumas que habrían sido pagadas como coimas alcanzarían las decenas de miles de millones de dólares. Entre los sospechados de encabezar estos ilícitos que habrían tenido como destino el financiamiento de las campañas electorales, más allá del enriquecimiento, está la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner. En función de su actual cargo de senadora posee fueros y en caso de que la justicia crea que tenga que ser detenida debe antes ser desaforada. Quienes no dan crédito a las denuncias, consideran que se trata de una “cortina de humo” para desviar la atención y perseguirla políticamente.
El Papa y la corrupción
Durante el vuelo de regreso a Roma desde Perú, el Papa Francisco fue interrogado sobre otro gran escándalo de corrupción en América Latina: el caso Odebrecht. Ante la pregunta el Papa dijo: “Yo al pecado no le tengo miedo; le tengo miedo a la corrupción, que te va viciando el alma y el cuerpo. Un corrupto está tan seguro de sí mismo que no puede volver atrás. Son como esos pantanos chupadizos que querés volver atrás y te chupa. Es una ciénaga. Es la destrucción de la persona humana”.
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