Los invitados degustarán productos locales y algunos de los frutos del huerto de la reina Isabel II
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El príncipe Harry y Meghan Markle han puesto mucho interés a la hora de organizar su boda en la transmisión de valores a través de detalles en su lista de invitados, de regalos e incluso a la hora de escoger el menú de la comida que les ofrecerán después del enlace.
Comenzaron por invitar a personas que para ellos son ejemplo de superación; continuaron propusieron a sus invitados que, en vez de enviarles regalos, realizaran donaciones en su nombre a ocho organizaciones benéficas en las que encontraron “valores compartidos” por los novios como la solidaridad, la defensa de los derechos humanos o el cuidado con el medio ambiente.
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Por otra parte, uno de los secretos mejor guardados de boda real es el menú que se servirá a los invitados en el Castillo de Windsor. Sabemos que será el chef de la reina Isabel II, Mark Flanagan, el responsable de su elaboración y que los novios eligieron platos clásicos a base de productos locales y vegetales de temporada cosechados de la huerta de la reina Isabel II .
La decisión de optar por la producción local muestra la importancia que la Casa Real británica da a la agricultura sostenible y al uso correcto de los alimentos. Son valores que comparten con los ofrecidos por el Papa Francisco en su encíclica “Laudate Sí”.
Tal vez también refleje los gustos de la novia a la que, desde pequeña, le apasionan los productos frescos y naturales. Al parecer, en su casa de California (Estados Unidos)cultivaba sus propias frutas y vegetales en un huerto de su jardín.
Una bonita afición que la novia comparte con la de muchos británicos. Y es que instalar un huerto en un rincón de su jardín es una costumbre muy arraigada en el Reino Unido desde la Segunda Guerra Mundial ante la carestía de alimentos.
La misma reina, Isabel II, es bien consciente también del un gran valor ecológico de los huertos, ya que a través de ellas se consumen productos frescos, naturales, sin necesidad de químicos nocivos para el medio ambiente. Por ello decidió predicar con el ejemplo durante la crisis económica, y en 2009 instaló un huerto en sus jardines donde cultiva frutillas, tomates, judías, zanahorias, puerros…
Muchos de estos alimentos serán ahora degustados por los invitados en la recepción de la boda real.
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Esta actitud de la Casa Real británica invita a reflexionar sobre el valor que damos a los alimentos naturales, frutos de la Creación, y cómo afectan nuestras decisiones en nuestro estilo de vida y a nuestro entorno. Porque el consumo de este tipo de alimentos nos hace conscientes de nuestro rol en la cadena alimentaria. La mejora de nuestra calidad de vida pasa necesariamente por mejorar nuestra relación con el ambiente en su conjunto.
Partiendo de la base de que todos los seres humanos somos parte de ella, pero que nuestras capacidades para interpretar, dar significado, sentido e intencionalidad a nuestros actos nos dan la responsabilidad especial sobre el cuidado de la tierra y sus frutos.
Así que les invito a seguir estos hermosos valores que nos transmiten con motivo de su boda los príncipe Harry y Meghan.
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