Según la Deutsche Welle, que ha hecho seguimiento a esta novedad, con la creación del Hospital de las Emociones se han salvado cerca de 2.000 vidas de jóvenes de la Ciudad de México. El objetivo del singular centro de salud es prevenir violencia, adicciones, embarazos en adolescentes, ansiedad y depresión que puede derivar en abandono escolar, suicidio y conductas delictivas de los jóvenes de la ciudad. Tuvo especial visibilidad en el Global Festival of Action que se llevó a cabo del 21 al 23 de marzo en Bonn, Alemania.
Según su directora, María Fernanda Olvera, “el campo de salud emocional había estado muy olvidado”. En 2015, el Instituto de Juventud de México realizó un estudio a 1.675 jóvenes de las 16 delegaciones de la Ciudad de México a través de la ‘Consulta de Tendencias Juveniles’ con el fin de conocer sus principales demandas en cuanto a salud emocional. Más del 50% de los encuestados presentó infelicidad e inestabilidad emocional.
Expone una preocupación que embarga a todos quienes se comprometen con proyectos semejantes: “en el aspecto social, todavía se estigmatiza a quien pide ayuda”. Es un hecho que la sociedad señala con mucha dureza a quienes sufren y no logran salir adelante por cuenta propia, a quienes viven con alguna adicción, a las mujeres que luchan por sobrevivir siendo madres, hijas, trabajadoras y solteras a la vez, a los padres de hijos con diferente identidad de género o sexual. “Lo que más nos importa –enfatiza Olvera- es que los adolescentes y jóvenes de este momento cuenten con todas las herramientas para tomar mejores decisiones respecto a su presente y futuro. Por esta razón es tan importante recibir terapia especializada y gratuita de manera oportuna”.
Desde que comenzaron, en 2016, ya tienen tres centros más repartidos en el área de la capital mexicana. “En los Hospitales de las Emociones todo el inmueble está destinado completamente a otorgar el apoyo psicológico a las personas jóvenes” explica, intentando diferenciar entre los Hospitales de las Emociones y los centros emocionales convencionales.
Desde su puesta en marcha se han atendido a 21.414 mujeres y a 14.117 hombres de edades que oscilan entre los 12 y 29 años. Pareciera que las mujeres son más vulnerables a este tipo de problemas psicológicos. Además de la situación estadística, en la cual hay más mujeres que hombres a nivel poblacional, los estudios revelan que las mujeres suelen pedir más ayuda y Olvera tiene una razón para ello: “nos educan de manera en que una mujer, siempre que lo necesite, puede pedir ayuda sin ser juzgada, a diferencia de los hombres que se deben hacer fuertes ante situaciones emocionales”.