Un enfrentamiento bélico lleno de historias de valentía tanto del lado argentino como británico
Para ayudar a Aleteia a continuar su misión, haga una donación. De este modo, el futuro de Aleteia será también el suyo.
Lo remataron a metros, pero la bala fue detenida por una cuenta del Rosario que llevaba. Fue hace 36 años en la Guerra de Malvinas, cuyo inicio se conmemora el 2 de abril.
La historia circula de boca en boca, está plasmada en algunos libros argentinos, y un testigo presencial se la confirmó a Aleteia. La Guerra de Malvinas, ocurrida como definió Borges “en un tiempo que no podemos entender”, ya estaba en su recta final.
La batalla del Monte de las Dos Hermanas está repleta de historias de valentía de ambos bandos, y documentada con precisión tanto del lado británico como argentino. El 8 de junio, en una primera línea de custodia del monte Dos Hermanas, estaban el sargento Mario “Perro” Cisnero y el teniente primero Jorge Vizoso Posse. El cuerpo de Comandos 602, que integraban, aguardaba algunos metros atrás noticias de las fuerzas británicas.
Una granada explotó sobre Cisnero, llevándose su vida, e hirió gravemente a Vizoso. Rápidamente, al ver la cercanía británica, Vizoso simuló estar muerto. En ese momento, arrojándose sobre el cuerpo de su compañero muerto, rezó: “¡Invoqué al Señor y mi grito llegó hasta sus oídos! ¡Líbrame de todo mal, no temeré ningún mal porque Tú estás conmigo!”, del Libro de los Salmos. Así lo narra en su libro Resurrección: encuentro con la eternidad (Los comandos en Malvinas).
Al pasar por al lado y para cerciorarse del deceso de los argentinos, los soldados ingleses los remataron a escasos metros con una ráfaga de FAL. Increíblemente solo una bala pegó a Vizoso, mientras las otras chocaron contra el suelo a milímetros de su cuerpo. Vizoso, semiconsciente, pudo simular unos instantes más incluso ante una patada del británico, hasta que, a pocos metros y cuando los británicos estaban ya protegiéndose del ataque de los otros argentinos, alcanzó un fusil y los atacó.
En pocos instantes, se sumaron otros argentinos y británicos y el campo de batalla enfrentó casi hombre a hombre a argentinos y británicos en una demostración de coraje y destreza que ambos ejércitos reconocen mutuamente. Vizoso, aún mal herido, fue parte de ella.
Acabada la batalla, tras el repliegue, Vizoso Posse pudo recibir una primera curación de parte de un compañero suyo. Al revisarlo, éste confirmó que sólo una bala había ingresado en el cuerpo de Vizoso; entró por el hombro derecho y salió por el cuello, sin tocar ni la columna vertebral ni ningún órgano vital. Pero eso no fue todo. La bala se había fundido en su recorrido con una de las cuentas del Rosario que Vizoso, como gran parte de los soldados argentinos, llevaba colgado. Tampoco había riesgo de desangrado ya que la bala había cauterizado la herida.
Fue un milagro, aunque como dijo el testigo presencial que confirmó esta historia a Aleteia, los tiempos de la guerra no permitían detenerse a reflexionar sobre esta circunstancia. La guerra seguía, al menos unos días más.
Muchos rosarios fueron rezados en la Guerra de Malvinas. Incontables. En inglés y en español. Muchos por quienes desde el cielo nos recuerdan que enfrentamientos tales no deben repetirse. Y otros por algunos cuyas vidas no se perdieron en circunstancias que bien valen el calificativo de “milagrosas”.