En estos tiempos donde las redes ya han tomado parte de nuestras vidas, muchos estudiosos se han planteado: ¿una amistad puede ser verdadera sin la presencia cierta de una persona?
Quizás Padre Pío y Don Orione puedan responder con su testimonio a esta pregunta, y miren que no existía internet en esas épocas. De hecho sus lazos de amistad fueron sólidamente estrechos.
Compartían paternidad espiritual, oraciones,... Sus carismas y vocación eran muy diversos; sin embargo los unía una gran estima mutua y aunque todavía no eran “legítimamente” santos, uno reconocía la santidad en el otro.
Lo más singular de esta ilustre amistad es que nunca llegaron a conocerse en persona. Pero gracias a don Flavio Peloso, séptimo sucesor de Don Orione que dedica su vida al estudio y divulgación de san Luis Orione, podemos hoy conocer su relación, con todos los documentos recogidos a través de terceras personas muy allegadas a los santos.
Te citamos algunas anécdotas que comprueban esta solida amistad:
Santo manda a otro santo
La condesa Virginia Salviucci, una benefactora romana de la Pequeña Obra de Don Orione, después de una terrible pleuresía que la redujo en fin de vida, escribió al venerable Don Carlo Sterpi, colaborador y sucesor de Don Orione:
"Por la intercesión de la Santa Virgen, del querido Padre Don Orione, el Padre Pío, el Padre Cappello, y por supuesto la suya, el Señor me ha concedido un milagro, y tengo que decir esto para su mayor gloria y honor". Y comparte el siguiente recuerdo:
El gran solideo de un monje
Cuenta el beato Padre Gaetano Catanoso, de Reggio Calabria:
"Ese sí que es un santo"
Don Giuseppe Dutto, orioniano, por muchos años superior en Argentina y Uruguay, escribió:
Fuente: Don Luigi Orione e padre Pio da Pietrelcina. Nel decennio della tormenta: 1923-1933, Flavio Peloso