San Valentín se venera no sólo entre los católicos: también en la Iglesia ortodoxa y anglicana. Era un obispo, y es el patrono de los enamorados. Pero ¿cómo pasó de obispo romano a santo del amor? Shakespeare tiene algo que decir: él, en su búsqueda del secreto del amor eterno, se detuvo en las huellas del santo enamorado.
Para entenderlo un poco mejor nos desplazamos a la ciudad italiana de san Valentín: se llama Terni, y Arnaldo Casali, autor de Valentín, el secreto del santo enamorado (Valentino, Il segreto del santo innamorato) www.daliaedizioni.it nos acompaña a la célebre basílica donde está el santo.
Casali (Terni, 1975) es licenciado en Historia Medieval por la Universidad La Sapienza de Roma, y es el director artístico del Festival de Cine “Popoli e Religioni”. Colabora con el Consejo Pontificio para la Familia.
San Valentín es un santo antiguo, recuerda Casali, un joven que en el momento de crisis del Imperio Romano reta a la sociedad a muchos niveles. Este obispo pasa a ser el icono del amor, concretamente de los enamorados muchos siglos después de morir.
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