Yulexi, enferma de cáncer y con una prótesis en una de sus piernas, ganaba certámenes de belleza en Ecuador. Su historia de amor demuestra la importancia de aprovechar cada suspiro de vida.
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A Jairo Berbel, España se le quedó pequeña al acabar su carrera de periodismo. Después de colaborar en África con una ONG y hacer un documental en las favelas de Porto Alegre, escuchó una intuición que le llevaría al lugar donde su vida quedaría transformada para siempre. En 2013 sintió que debía viajar a Ecuador en busca de una nueva vida, y así lo hizo.
Una vez allí, encontró trabajo en una productora de temática cultural y social. En uno de sus viajes como periodista le enviaron a grabar en la ciudad de Quevedo a Yulexi Carolina Chévez Velez, una chica de 18 años que tenía amputada una de sus piernas por un sarcoma óseo en estado avanzado y padecía cáncer de pulmón.
Yulexi ya era conocida porque había creado un desfile de moda para gente discapacitada e incluso era protagonista en reportajes como una de las modelos más influyentes del momento.
Al verse, se enamoraron al instante. En una reciente entrevista al programa Fin de Semana COPE, Jairo Berbel describió aquel momento: “Hubo una especie de contacto visual de varios segundos entre los dos y nos enamoramos a primera vista”. “Nada más verla, me cautivó el potencial que tenía al hablar, su forma de ser…¡ella era tan real! ”, recordó emocionado.
La única discapacidad es sentirse incapaz
A los trece años, Yulexi soñaba con ser bailarina de ballet, médico y modelo. El cáncer de huesos sesgó parte de aquellas ilusiones. No todas, porque tras la amputación de una de sus piernas, demostró ganando en certámenes de belleza que “la única discapacidad es sentirse incapaz”, como ella misma afirmaba. Llegó a ser virreina del cantó de Buena Fe, de la provincia de Los Ríos.
En uno de los desfiles, tomó la decisión de salir sin muletas, a pesar de que en los ensayos las había utilizado. En ese momento, Yulexi confesaba que el miedo a caerse apareció en su mente. Y al instante surgió dentro de ella la respuesta: “Si me caigo, me levanto”. Y esa determinación es la misma que mantuvo en su lucha contra el cáncer.
Jairo explica que a lo largo de su enfermedad, Yulexi nunca derramó una lágrima y le prohibía llorar. “Si lloras, no vengas a verme”, le decía. Con su amplia y luminosa sonrisa, afirmaba que la vida para ella era despertarse día a día y afrontar las dificultades que vinieran.
Sacando a los días todo “el jugo”
Analizando cuatro años después cómo fue su relación, Jairo explica que lo que les importó y lo que afectó a su relación era el tiempo, saber que el final llegaba cuanto antes. “Esa falta de tiempo es lo que hizo hermoso y desgarrador nuestro amor. Cuando sabes que quizás te queden unas semanas o un mes con la persona con la que quieres pasar el resto de tu vida, aprovechas las cosas y le sacas “el jugo””, recuerda.
Juntos aprendieron a valorar los pequeños detalles del día a día: “Era hermoso vivir el que podría ser nuestro último viaje a la playa. Aquello fue algo que nunca olvidaré y que recuerdo al detalle (nuestras conversaciones, la brisa del mar…). Son esas cosas que aprendes a valorar y que sabes que quizás dentro de un mes ya no podrían suceder”.
Una romántica despedida
En la última fase de su enfermedad, Yulexi quiso dejar grabado un mensaje para todos: “Si algo muy lindo aprendí es que querer es poder. Hay que luchar por lo que se quiere y seguir adelante. Hay que valorar lo que se tiene, tener fe, esperanza y amor. He sido una persona que ha luchado por lo que creía y quería demostrar que la discapacidad no es incapacidad”.
Sobre sus últimos momentos del amor de su vida, Jairo afirma que fue algo hermoso y desgarrador a la vez. “Ella tuvo una mejoría en los últimos veinte minutos de vida. Estuvo consciente y fue realmente bonito. Nos miramos y nos besamos. Después del beso, ella me dijo que me amaba, yo le respondí de la misma forma y a los pocos segundos murió”. “Volvería a repetir aquel beso una y otra vez pero fue algo tremendamente bonito y doloroso a la vez”, afirma contundente.
Jairo describe a Yulexi como “una persona que dejó de ser mortal para convertirse en leyenda. Una heroína que luchó contra el cáncer y lo ganó. Ganó al miedo, ganó a la oscuridad y derrotó a la muerte. Ella vivió para ser eterna y recordada en los siglos que están por venir. Siempre luz, siempre amor y esperanza”.
Cuando falleció, Jairo vivió con la familia de Yulexi durante un tiempo y decidió escribir la historia de su vida en una novela para que su legado pudiera seguir intacto. El resultado fue el libro “Siempre. La leyenda de la pecosa de ojos verdes”
Hoy en día, la novela se utiliza para ayudar a personas con depresiones. A su vez, muchos le han confesado al propio Jairo que “han vuelto a creer en el amor tras leer su historia con Yulexi”.
Entre los proyecto de Jairo Berbel se encuentra un documental sobre la joven. El tráiler nos adentra en la vida de quien fue querida por tantísimas personas en Ecuador por su demostración de valentía ante las adversidades.
Jairo asegura que si pudiera volver atrás en el tiempo, volvería a conocerla y volvería a enamorarse de Yulexi porque todas sus “vivencias positivas con ella acaban borrando literalmente las negativas y porque lo realmente importante en la vida no es la cantidad del tiempo, sino su calidad”.