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8 gestos del Papa en Auschwitz: “Perdón por tanta crueldad”

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Ary Waldir Ramos Díaz - publicado el 27/01/18
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En el Día de la Memoria del HolocaustoEl papa Francisco ha condenado en más de una ocasión el antisemitismo recordado a los cristianos que Jesús de Nazareth y la Virgen María eran judíos. Según la resolución 60/7 de la Organización de Naciones Unidas (ONU), el 27 de enero de cada año se conmemora el Día Internacional en memoria de las víctimas del Holocausto.

Parafraseando a Francisco, “está muy bien no hacer el mal, pero está muy mal no hacer el bien” (16.01.2018). Por eso, la pasividad que deshumaniza es anticristiana porque implícitamente puede también estar contaminada de odio y de discriminación.

Después de 73 años del campo de concentración de Auschwitz-Birkenau, recordamos algunos de los gestos del Papa en ese lugar para reflexionar y trabajar activamente para que nadie nunca más deba ser perseguido y aniquilado por su credo, raza o religión.

La visita peregrinaje de papa Francisco a Auschwitz – Birkenau, que tuvo lugar el viernes 29 de julio de 2016 fue una denuncia silente de la “crueldad de hoy, que se parece a la de ayer, no tan concentrada como en aquel sitio, pero presente por todas partes en el mundo”.

Un gesto que aún hoy nos recuerda que hay un mundo “enfermo de crueldad, de dolor, de guerra, de odio, de tristeza” (Audiencia General 03/08/2016).

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1.  Recogimiento para pisar el suelo del holocausto 

El Papa entró al campo de concentración sólo en contemplación, pasando por el portal en el que los nazis escribieron “Arbeit macht frei” (el trabajo te hace libre).

Pope’s visit to Auschwitz-Birkenau

© Marcin Mazur / catholicnews.org.uk

2. Silencio y la oración ante el dolor 

El Papa fue el tercer líder de la Iglesia Católica en visitar ese lugar (Juan Pablo II, el 7 de junio de 1979 y Benedicto XVI, el 28 de mayo de 2006). Allí, Bergoglio quiso participar del dolor de la humanidad en oración silenciosa, respecto a las visitas de sus predecesores prefirió no hacer alguna homilía ni un discurso. La comunidad judía aplaudió esa decisión.

“Yo quisiera ir a aquel sitio de horror sin discursos, sin gente, solo los pocos necesarios… ¡Pero los periodistas seguro que estarán! Pero sin saludar a este y a este… No, no. Solo, entrar, rezar… Y que el Señor me dé la gracia de llorar”, había explicado el Papa su decisión en la conferencia de prensa en el vuelo de Armenia a Roma (el pasado 26 de junio 2016).

3. El beso

Luego de entrar a Auschwitz I –sección del campo de concentración dedicado a la tortura–, el Papa Francisco rezó sólo por varios minutos, para luego besar uno de los postes de la estructura penitenciaria.

4. Pedagogía detrás del gesto para las nuevas generaciones

La visita a Auschwitz – Birkenau, fue igualmente pedagógica para las nuevas generaciones católicas. Dos días después de su llegada a Cracovia para Jornada Mundial de la Juventud, el papa Francisco ha visitado el campo de exterminio. Etapa papal emblema del exterminio de seis millones de judíos. 

Entre 1940 y principios de 1945, la Alemania nazi exterminó en Auschwitz-Birkenau a 1,1 millón de personas, la mayoría judíos de varios países europeos.

5. La firma del Papa  en el libro de la memoria: “¡Señor, perdón por tanta crueldad!”

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El Papa hizo una especial catequesis sobre el Holocausto símbolo de una de las páginas más oscuras de la humanidad, del poder de la muerte del hombre sobre el hombre.

Tras visitar Auschwitz I, el campo original construido en 1939 tras la invasión de la Alemania nacional socialista de Adolf Hitler a Polonia, Bergoglio se trasladó al campo vecino de Auschwitz II o Birkenau, también en la localidad de Oswiecim (nombre en polaco del sitio).

6. La celda de Massimiliano Maria Kolbe 

Asimismo, conmemoró en Auschwitz de los mártires cristianos Massimiliano Maria Kolbe y Edith Stein. Francisco visitó la  “celda del hambre”, en la que falleció San Maximiliano Kolbe, y mantuvo silencio y oración. El santo polaco, sacerdote católico y franciscano detenido en Auschwitz, pidió ser ejecutado a los 47 años para salvar la vida de otro prisionero del campo que tenía esposa e hijos. Fue beatificado por Pablo VI en 1971 y canonizado por Juan Pablo II en 1982.

7.El Papa besó y abrazó uno a uno a 10 sobrevivientes 

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Antes de entrar al “Bloque 11” del Campo, donde se recluían a los prisioneros para castigos y donde también se hicieron las primeras pruebas con el gas Zyklon B, el papa Francisco saludó y besó, uno por uno, a Helena Dunicz Niwinska, (1915, Viena), prisionera número 64118 en el campo; Alojzy Fros, (1916, Rybnik), prisionero número 136223; Janina Iwanska (1916, Varsovia), prisionera 85595; y a Wacław Dlugoborski (1926, Varsovia),  prisionero 138871.También saludó a Zbigniew Kaczkowski (1921, Cracovia), prisionero 125727; Stefan Lesiak (Pińczów, 1927) ), prisionero 197204; Valentina Nikodem (Lodz, 1922), prisionera 8737; Marian Majerowicz (Myszkow, 1926), número 157715; Eva Umlauf (74 años), número A-26959; Naftali Fürst (Bratislava, 1932), prisionero B-14026; y Peter Rauch (Munich, 1939), prisionero Z-3531.

8. Honor a los justos entre las naciones

De frente al monumento en Auschwitz, el líder de la Iglesia católica rindió homenaje a los Justos entre las Naciones, reconocimiento judío para quienes, sin profesar esa religión, los ayudaron durante la persecución en la II Guerra Mundial.

Le esperaban 25 “Justos entre las Naciones”, no hebreos, como por ejemplo Józef Walaszczyk, nacido en 1919 y apodado ‘el segundo Schindler’. Todos ellos salvaron la vida de los perseguidos poniendo en peligro la suya propia y de sus familias.

En 2018 se cumplieron 80 años de la Noche de los Cristales Rotos, la primera gran matanza del régimen nazi contra los judíos, y de la promulgación de leyes racistas en la Italia fascista. Y con esperanza también cae la efeméride de los 70 años de la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Así era la vida en Auschwitz

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