Una popular web de encuestas lo encumbra como el mejor actor de la historia del entretenimientoRanker.com, con cerca de cincuenta millones de vistantes mensuales en todo el mundo y especializada en realizar encuestas sobre el mundo del espectáculo, marcas y cultura propuso hace un tiempo una pregunta muy sencilla, quien era el mejor actor de la historia del entretenimiento. ¿El resultado? Como una caja de bombones, que nunca sabes lo que te va a tocar, Tom Hanks. O quizá sí que lo sabíamos o como poco, lo sospechábamos.
A mediados de los años ochenta nadie en su sano juicío habría dicho que Tom Hanks acabaría llevándose dos Oscar al mejor actor. En Big (1998), ya muchos se dieron cuentan que detrás de aquel joven californiano de aspecto entrañable y profundos ojos azules se agazapaba un actor con posibilidades. Se llevó un Globo de Oro y logró su primera nominación al Oscar.
A finales de la década de los ochenta y principios de los noventa Tom Hanks tuvo que reinventarse y que reconstituirse como el cómico que todo el mundo esperaba de él al tiempo que combinaba papeles dramáticos de mayor entidad. Fue una época dificil porque no rodó ningún éxito de masas pero logró mantenerse en la primera línea de Hollywood. En aquellos años se estrenaron No matarás al vecino…, Socios y sabuesos, La hoguera de las vanidades y Ellas dan el golpe.
Logró resarcirse de toda una cadena tíbios fracasos/éxitos con Meg Ryan, con la que protagonizó una edulcorada historia de amor, Algo para recordar. Pero la película que cambiaría para siempre la carrera de Hanks sería Philadelphia en la que interpretaba a un enfermo de SIDA que lo llevaría a conseguir su segunda estatuilla. A partir de entonces Tom Hanks dejó de ser un graciosillo para convertirse en un actor serio.
De hecho, desde entonces sus grandes películas serían dramas (Forrest Gump, Apollo 13, Salvar al soldado Ryan, La milla verde, Naúfrago, Camino a la perdición, Atrápame si puedes, La guerra de Charlie Wilson, El puente de los espías, Sully) al contrario que sus contadas comedias que estrictamente serían dos: Tienes un e-mail y Ladykillers.
A lo largo de su carrera Tom Hanks ha demostrado que no le tiene miedo a ningún papel a ningún tipo de rol. No le importa interpretar al villano de la función como hizo en El círculo, a un gangster como hizo en Camino a la perdición o entregarse a superproducciones de éxito de poco o ningún poso cultural como El código Da Vinci. Si lo hace Tom Hanks, entonces funciona.
A mi Tom Hanks siempre me ha recordado a Jack Lemmon, porque como aquel magnífico actor, además de ser capaz de interpretar casi cualquier cosa, da el pego como humilde hombre de clase media. No es frecuente que nos tropecemos por la calle con Brad Pitt pero sí con un Jack Lemmon o un Tom Hanks. Un hombre normal y corriente pero sobre todo, y esto puede que sea su gran secreto, un hombre bueno.
Cuando uno ve una película de Tom Hanks, o de Jack Lemmon, sale a la calle con ganas de ser bueno. Quizá porque como sucede en sus películas, ser buena persona no está tan mal. Es más, está muy bien y hace que no sintamos bien.