El mundo está dominado por la técnica. ¿Podemos hacer algo?
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Black Mirror, esa distopía televisiva que pone al espectador contra las cuerdas y le obliga a tomar conciencia del asfixiante futuro digital, cuenta ahora con un libro-guía que ayuda a entender al “homo tecnologicus”, aparentemente dejado de la mano de Dios.
Precisamente una distopía es una idea o un futuro ficticia indeseable, y Black Mirror (Espejo Negro) encarna este malestar que la tecnología desprende sobre nuestras vidas. La serie televisiva británica lleva ya tres temporadas en pantalla.
En Black Mirror, Porvenir y Tecnología, editado por los profesores de humanidades y sociología Jorge Martínez-Lucena y Javier Barraycoa, ambos de la Universidad Abat Oliba CEU de Barcelona (UOC Editorial), han pedido a académicos que se confabulen para dar pistas sobre esta serie, y sobretodo sobre aquello que está por venir.
Charlie Broker, el creador de la serie Black Mirror, consigue que experimentemos “el espíritu de la pesadez en lo referente a nuestro futuro tecnológico”.
Los autores creen que las tramas de la serie “consiguen sorprendernos y alarmarnos” porque son “cotidianas” y porque las historias se centran en los “insospechados efectos de algunos dispositivos que los espectadores conocen por propia experiencia o que están en ciernes de aparecer en nuestro mercado”.
¿Por qué la tecnología causa ansiedad? El libro responde que la ansiedad aparece como “fruto” cuando se constata que aquello que aparece en la pantalla y que se nos antoja inverosímil, podría “llegar a ser”.
La serie nos desvela los artificios de la tecnología y al mismo tiempo construye una sociedad “contradictoria y tecnológica”: la nuestra, como constata Manuel Torres Cubeiro en su análisis de la “construcción delirante-tecnológica de la sociedad”.