Entre los gestos menos conocidos en Misa está la acción de inclinar la cabeza. Es un movimiento simple que se usa en muchas culturas diferentes como signo de respeto y que tiene su propio lugar dentro de la liturgia católica.
La Instrucción General del Misal Romano (IGMR) explica: “Con la inclinación se significa la reverencia y el honor que se tributa a las personas mismas o a sus signos. Hay dos clases de inclinaciones, es a saber, de cabeza y de cuerpo [también llamada inclinación profunda]”.
La IGMR establece, pues, varios momentos durante la Misa cuando los presentes deberían inclinarse.
1Durante el Credo
“El Símbolo se canta o se dice por el sacerdote juntamente con el pueblo (cfr. n 68) estando todos de pie. A las palabras: y por la obra del Espíritu Santo, etc., o que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, todos se inclinan profundamente; y en las solemnidades de la Anunciación y de Navidad del Señor, se arrodillan” (IGMR 137).
2Después de la consagración (si no se está de rodillas)
“[Los fieles] estarán de rodillas, a no ser por causa de salud, por la estrechez del lugar, por el gran número de asistentes o que otras causas razonables lo impidan, durante la consagración. Pero los que no se arrodillen para la consagración, que hagan inclinación profunda mientras el sacerdote hace la genuflexión después de la consagración” (IGMR 43).
3Antes de recibir la Sagrada Comunión
“Cuando comulgan estando de pie, se recomienda que antes de recibir el Sacramento, hagan la debida reverencia” (IGMR 160).
4Durante una bendición solemne al final de la Misa
“Si se emplea la oración sobre el pueblo o la fórmula de bendición solemne, el diácono dice: Inclínense para recibir la bendición” (IGMR 185).
5Al escuchar el nombre de Dios o de santos específicos
“La inclinación de cabeza se hace cuando se nombran al mismo tiempo las tres Divinas Personas, y al nombre de Jesús, de la bienaventurada Virgen María y del Santo en cuyo honor se celebra la Misa” (IGMR 275).