Él se llama Timothy Chee. Ella Candice. Ambos viven en Australia. Esta es su historia de amor, completada con 14 cartas de amor… y un sorprendente giro romántico.
La pareja se conoció en 2013 y a la semana ya estaban intercambiándose cartas… aunque vivían en el mismo barrio. No, no eran correos electrónicos ni mensajes de texto. Eran cartas entregadas en mano por correo ordinario y escritas en papel real. Y además, escritas de su puño y letra, y no mecanografiadas o impresas. Decidieron continuar de este modo su correspondencia para poder tener un registro tangible de sus experiencias y recuerdos compartidos.
Timothy mandó la primera carta. Y siguió escribiendo, espaciadas cuidadosamente entre los meses, hasta que en total pasaron 14 cartas de amor (un número que no es accidental, pero luego hablaremos de eso), todas dirigidas a Candice. Sin embargo, describir las epístolas simplemente como ‘escritas a mano’ no les hace justicia: cada una de ellas empezaba con una enorme y ornamentada mayúscula, incrementando el encanto y el romance de la misiva. Ciertamente, obra del amor.
Después de que la carta número 14 estampara su matasellos, Tim invitó a Candice a reunirse en el lugar donde se conocieron. Luego, la gran revelación: durante tres años, carta tras carta, letra capital tras letra capital, Tim había estado formulando lentamente una pregunta muy importante para su novia, una sencilla frase que se revelaba al ordenar cronológicamente las grandes letras iniciales: “Will you marry me”¸es decir, ‘¿quieres casarte conmigo?’.
El magnífico gesto de Tim recibió la respuesta que buscaba: un entusiasta SÍ. Hoy, Candice es su esposa. Pero es que, en la ceremonia, él le guardaba una sorpresa más. Timothy cantó una canción escrita para Candice que asegura escribió solo dos meses después de iniciar su relación juntos.
Por si alguien lo dudaba, he aquí una prueba de que todavía existen hombres románticos, pacientes y persistentes dispuestos a deleitar y sorprender a sus amadas mujeres.
Hoy celebramos a...