Que no se descarte la comida. No es limosna, es compartirUn grupo de empleados gastronómicos de la provincia de Tucumán, Argentina, creó un concepto solidario que ya alcanzó más de 100 réplicas en su país: la heladera solidaria.
Al ver cómo de noche arrojaban restos de comida que no podrían reutilizar mientras otros buscaban en la basura que comer, pensaron una revolucionaria idea. E instalaron una heladera (refrigerador/a, nevera, frigorífico) con acceso público desde la calle para que quienes necesiten puedan retirar su plato de almuerzo. Y para que quienes en sus hogares tengan sobras, antes de tirarlas, como hace el restaurante, la empaqueten y la ofrezcan para que otro que necesite la use.
La iniciativa nació en Tucumán, en marzo de 2016. Pero pronto comenzó a replicarse en distintas partes del país. “Es muy simple. Esa comida que antes se descartaba, hoy se puede dejar aquí, para que quienes la necesiten la tomen libremente. No es una limosna. Es compartir de corazón la comida de tu mesa con tus hermanos que la necesitan”, dice el sencillo cartel que acompaña las heladeras, en las que se aclara: “Retira libremente solo lo que necesites”.
En algunos casos, las heladeras abren en horas concretas durante el día. En otros, se llenan y vacían varias horas por día. Si bien muchos llevan lo que les sobra en los hogares, otros compran específicamente para llevar y que otro que lo necesite lo tome. Según cuenta en el sitio de Heladera Social uno de los impulsores tucumanos de la medida, Fernando Ríos, hasta se enteraron de una pareja de novios que pidió al salón en el que celebraron la boda que lleve los sobrantes a la heladera.
Los impulsores promueven un sistema de “Guardado Cuidado”, por el cual todo excedente generado en los locales que quieran aportar tiene que ser clasificado, ordenado, porcionado y empaquetado en bandejas descartables envueltas en papel film y rotuladas con la fecha de elaboración. La comida, cargada por los negocios o por los vecinos, solo puede estar en la heladera social por 24 horas. Aunque lo más común es que todo se retire antes de cumplido el día…
Las heladeras son adoptadas por los vecinos de las zonas en las que se instalan y se generan iniciativas solidarias que van más allá de este proyecto. Cocinar y llevar alimentos a zonas más alejadas, convocar a colegios a que se sumen, sumar una percha solidaria para los abrigos….
Ideas similares surgieron al menos en España, Alemania, y Arabia Saudita. Según la ONU, una de cada nueve personas no tiene los alimentos necesarios para estar sana y llevar una vida activa. Pero en ese contexto, más de 1.300 millones de toneladas de comida se desechan cada año. Un tercio de todos los alimentos se desperdicia antes de ser consumido. Aún con la meta del hambre cero aspirada por la ONU, que cree que en una generación la aspiración es posible, la situación en algunos países es alarmante.
Los alimentos que se tiran, advirtió el Papa Francisco en 2013, “son alimentos que se roban de la mesa del pobre, del que tiene hambre”.
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