La falta de salud sexual tiene graves consecuencias para el bienestar emocionalEl cuidado de tu salud ginecológica y reproductiva es un poderoso paso hacia una buena salud mental y emocional. ¡Mente y cuerpo están unidos!
Cuando hablamos de infecciones por transmisión sexual conocemos sus signos físicos: desde verrugas genitales que pueden formar lesiones que si no se tratan llegan a ser muy molestas, hasta un cáncer donde no hay cura sino solamente tratamientos en los que las heridas suelen regresar. Pero estas enfermedades, ¿cómo afectan nuestra salud emocional?
Las enfermedades de transmisión sexual (ETS) se ven como algo común y usualmente desaparecen con el tiempo, pero saberse infectada puede ser devastador. Trauma, cólera y confusión son reacciones naturales. “¿Quién me contagió, y cuándo? ¿Me fue infiel? ¿A quién debo decirle?” Y la más difícil de todas: “¿Ahora quién me va a querer?”
El virus del papiloma humano y sus secuelas emocionales
Dentro de las enfermedades más comunes, las infecciones causadas por el virus del papiloma humano (VPH) son las que afectan a gran parte de la población mundial.
Este virus puede desarrollarse en el primer contacto sexual e incluso permanecer en el aparato genital durante años por lo que en caso de haber tenido varias parejas sexuales, es prácticamente imposible saber en qué encuentro ocurrió el contagio, sumado a que no todos saben que tienen el virus porque los síntomas no siempre son aparentes.
Lo cierto es que saber que una puede tener llagas o ampollas en los genitales es algo que tiene una influencia interior. Es difícil que una pueda sentirse bella o atractiva cuando sabe que está enferma.
La preocupación puede afectar el estado de ánimo, la concentración y el sueño; lastimar seriamente la autoestima y afectar al desarrollo en general llevando incluso al aislamiento, a un miedo a desarrollar un cáncer y dañar seriamente o romper una relación.
Según estudios realizados por la Dra. Grossman, cuya carrera profesional y científica se centra en aconsejar a jóvenes en su desarrollo sexual y afectivo, el 75% de los pacientes experimentan ira y depresión en el diagnóstico inicial del virus del papiloma humano, y un tercio de estos sentimientos duran por años.
¿Cómo evitar enfermarse?
Existe una vacuna contra el VPH pero la protección que ofrece es limitada, ya que la misma no descarta que una sea vulnerable a otras infecciones como el herpes, la clamidia, el VIH, y otros tipos de VPH que la vacuna no protege, además de un corazón destrozado.
Aunque el sexo sea algo consensual, placentero, y se lo tome como seguro y libre, estas reglas no nos ayudan ya que como mujeres tenemos vulnerabilidad con respecto a la conducta sexual y un único encuentro sexual puede cambiar nuestra vida para siempre. Además, aunque se pase por pruebas médicas y se utilice un condón en cada relación, no hay ninguna garantía. ¡No te dejes engañar! Sólo al limitarse las relaciones, se limita el contagio.
Por eso, la mejor decisión es retrasar la actividad sexual y eventualmente comprometerse con alguien que también haya esperado. Mientras una más se acerque a ese ideal, mayores serán las oportunidades de disfrutar una vida libre de este tipo de preocupaciones en un contexto de estabilidad y asegurando una entrega responsable y total cuidando de manera integral nuestra salud.