Amantes de Homeland, ¡vuelve Brody! Sí. Será en el capítulo 9, cuando Carrie explique a Frannie, su hija, quién es su padre. Vuelve Brody, pero no exactamente. No estamos en The Walking Dead, sino en Homeland. Esto es un thriller sobre la realidad, sin soluciones prodigiosas, y aquí los muertos no resucitan (o quizá un poco). ¿Se habían asustado?
Esta vez, regresamos a América. Estamos en Nueva York y seguimos con la amenaza del yihadismo. No se emocionen: si esperan un ataque terrorista a lo Torres Gemelas, lo llevan claro. Como ha confesado su creador, algo así daría mal rollo, o mal karma, según palabras suyas. Tratándose de la Gran Manzana, mejor no tentar a la suerte.
Carrie Mathison vuelve a casa, y se instala en Brooklyn con su hija pelirroja. Han pasado unos tres meses desde que la prota frustró un terrible ataque yihadista en Berlín, ese en el que Quinn termina al borde de la muerte. De acusadora a defensora, Carrie trabaja ahora para la fundación Düring, encargada de amparar a musulmanes en territorio yanqui. En concreto, defiende a Sekou Bah Jr (J. Mallory McCree, ¿se acuerdan de Quantico?), un joven americano musulmán que cuelga en internet vídeos en los que defiende atentados terroristas en contra de los americanos. Carrie aboga por su inocencia. Pura esencia Homeland: ¿es o no es terrorista? Como en la temporada 1 con el ambiguo Brody. ¿Queda algo por inventar en la serie?
Alex Gansa, el showrunner de la serie, lo ha tenido claro: Mejor contar que imaginar. ¿Ha habido elecciones en Estados Unidos? Pues elecciones en Homeland. De este modo, la temporada corre paralela nuevamente a la realidad. Por este motivo el estreno ha pasado de septiembre a midseason: había que esperar los resultados electorales norteamericanos para incorporar soluciones a la trama. La sexta entrega se centrará en los 72 días que van desde la celebración de las elecciones americanas hasta la ceremonia de investidura. Tenemos presidenta electa, la senadora Elizabeth Keane (Elizabeth Marvel, de House of Cards). Obviamente, Carrie hará horas extras asesorando en seguridad a la presidenta electa.
Si empiezan a ver la temporada, se encontrarán con episodios lentos, excesivamente descriptivos. Pero no se preocupen porque los veteranos de la serie saben ya que este drama de espías tiene fuelle y tensión para rato. De momento, el inicio tiene material para engancharse. Homeland tiene que reinvetarse; se sientan las bases para ello y… ¡bum! Esperen unos capítulos más y tendrán esa vuelta de tuerca a todo trapo, reinvención completa. La cosa no para. Sigue al mando Alex Gansa, el reinventor de la serie y showrunner de 24. ¿Que la cosa empieza como The night of? No se alarmen, volverá a ser 24.
La serie se hace adulta. Verán a una Carrie serena, pero sigue estando como una regadora; se encontrarán a una Carrie más maternal, pero es que había que compensar esa criticada escena de la cuarta temporada en la que quería ahogar a su hija en la bañera. Carrie sigue siendo Carrie, la loca. Y Saul, Saul, por más institucional que se ponga.
Y aviso spoiler, Quinn vuelve de la muerte o de su no-muerte, y se pasea como un auténtico zombi, enganchado al crack y a las prostitutas. Tendremos a un Quinn obsesionado por su pasado, desorientado en el presente, y con futuro incierto. Los espectadores lo pasarán genial interrogándose continuamente en qué momento va a estallar el pobre chico. ¿Hacía falta mantenerlo vivo? La respuesta, señores, a lo largo de la temporada. Lo que tiene esta serie es que nos hemos encariñado de esos personajes bien logrados. Tenemos ganas de ellos, de acompañarles en sus dudas y traiciones.
Esto sigue siendo Homeland. Estamos en Nueva York, pero tendremos países árabes. Tengan en cuenta que la serie se rodó en parte en cinco ciudades de Marruecos (terreno apto para reproducir Siria y análogos). Habrá acción, tensión, FBI y CIA, pero también como siempre reflexión social y política, y autocrítica, apertura, y condena a la mirada del otro como un infierno del que hay que protegerse. Hay serie para rato, como mínimo para dos temporadas más, hasta la 8. El mundo gira, y acoger la realidad en su diálogo será siempre una novedad.
Hoy celebramos a...