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La medallista de oro revela que su santo patrón de Confirmación fue san Sebastián
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Simone Biles, récord mundial de medallas ganadas por una gimnasta, habla sobre sus esfuerzos para llegar a las Olimpiadas en su autobiografía, Courage to Soar [Valor para volar].
En el libro, describe los numerosos problemas que tuvo que superar para convertirse en una de las atletas con más talento de todos los tiempos.
Sin embargo, el libro no destaca únicamente el entrenamiento y los sacrificios que tuvo que hacer, sino también la función que desempeñó su fe católica en su camino hacia el éxito.
Biles afirmó en una entrevista con el Houston Chronicle:
“Los niños de hoy en día hablan de la fe, así que creo que está bien que yo hable de mi fe para que los niños vean de qué forma puede ayudarle a uno durante todo el proceso”.
Su rosario blanco
Durante los Juegos Olímpicos de Río, Biles desveló para Us magazine el contenido de su bolsa de gimnasia, en la que el reportero notó un rosario blanco que cayó de ella. Biles se explicó:
“Mi mamá, Nellie, me dio un rosario en la iglesia. No lo uso para rezar antes de una competición. Rezo por mi cuenta normalmente, pero lo llevo conmigo de todos modos”.
En su autobiografía, Biles se extiende hablando sobre su fe católica y relata en uno de los capítulos su experiencia al recibir el sacramento de la Confirmación:
“Aquel domingo desfilé al interior de la iglesia James the Apostle en una fila de adolescentes con caras solemnes (…), por el camino, nuestra procesión me recordó a la ceremonia de entrega de medallas, solo que no repartirían medallas de oro, plata y bronce. En vez de eso, nuestro premio sería algo mucho más poderoso: en breves momentos, cada uno de nosotros inclinaría la cabeza para recibir el Sagrado Sacramento de la Confirmación”.
Mientras contemplaba a sus compañeros de clase que recibían el sacramento, Biles meditaba sobre el santo patrono que había elegido, san Sebastián, y cómo a veces es invocado por los atletas para ayudarles a recuperarse de las lesiones.
Por aquel entonces ella se estaba recuperando de una lesión y el alivio que sintió fue exactamente lo que necesitaba en aquel momento de su vida.
La ayuda de la Iglesia católica en las dificultades
Biles no se desvía de su narración para mencionar su fe católica y así aprovechar para evangelizar; es sencillamente una parte de su vida y siempre ha estado ahí.
La Iglesia la ha ayudado durante muchos apuros, así que, de forma natural, su autobiografía incorpora el catolicismo a través de las páginas.
Otro ejemplo: la muerte de un familiar cercano causó una gran conmoción en sus años de infancia y durante el funeral se emocionó profundamente con el himno Here I Am, Lord. Al instante se convirtió en su himno favorito y le ayudó durante su proceso de duelo.
Aunque es difícil mejorar las cuatro medallas de oro que ganó en los Juegos Olímpicos de 2016 en Río de Janeiro, Biles afirmó:
“Creo que cualquiera puede mejorar siempre que se lo proponga (…) Te planteas nuevos objetivos. Así que no sé si puedo, pero tengo esperanzas en que sí podré”.
En Tokyo se ha unido a otros inspiradores deportistas cristianos como estos: