Campaña de Cuaresma 2025
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La Iglesia enseña que “la muerte pone fin a la vida del hombre como tiempo abierto a la aceptación o rechazo de la gracia divina manifestada en Cristo” (Catecismo de la Iglesia católica, 1021).
"Cada hombre, después de morir, recibe en su alma inmortal su retribución eterna en un juicio particular que refiere su vida a Cristo, bien a través de la purificación, bien para entrar inmediatamente en la bienaventuranza del cielo, bien para condenarse inmediatamente para siempre" (CEC, 1022).
A propósito de la etapa de purgación, por culpa del pecado actual de la persona, se puede debilitar esa comunión con Dios o hacerla imperfecta y es ahí cuando se hace necesaria, tras la muerte, una purificación previa y transitoria en el purgatorio, antes de poder entrar definitivamente en el Cielo, siempre y cuando la persona fallezca sin pecado mortal.
Como nunca sabemos la situación de cada difunto en particular, la Iglesia, con amor de Madre, confía a todos sus hijos difuntos, y a cada uno en particular, a la misericordia divina, intercediendo ante Dios por ellos; recordando que una obra de caridad espiritual es orar por los fieles difuntos.
“En la liturgia eucarística y en las plegarias diarias de los fieles, la Iglesia implora la misericordia de Dios, que ‘quiere que nadie perezca, sino que todos lleguen a la conversión’ (2P 3, 9)” (CEC, 1037).
¿Y la Iglesia cómo confía a sus hijos difuntos a la misericordia de Dios? Pues lo hace con su oración constante ofreciendo por ellos a Dios algún sacrificio u obras de penitencia tratando de obtener el don de la indulgencia para ellos pero, sobre todo, aplicando u ofreciendo la Misa por ellos.
Y a propósito de la Misa por los difuntos, esta se puede celebrar por uno o por varios difuntos siempre y cuando estos sean allegados a la persona que pide la Misa (intención).
También se puede celebrar la Misa por todos los fieles difuntos, como es el caso de su conmemoración el 2 de noviembre, o también por las innumerables víctimas de alguna tragedia o desastre natural.
De manera muy excepcional, en casos muy concretos y en ciertas condiciones, también se pueden incluir muchos fieles difuntos (por ejemplo varios papás difuntos o varías mamás difuntas) en las llamadas Misas pluri-intencionales o colectivas.

¿Cuáles son las condiciones de la Iglesia para estas misas pluri-intencionales?
1Escasez de sacerdotes
Estas Misas se celebran ante la imposibilidad de celebrar una Misa por cada una de las muchas intenciones que los fieles solicitarían.
2Comunidades con una sola Misa dominical
En las comunidades parroquiales que solo celebran una Misa dominical también se puede celebrar por intenciones colectivas.
3Que los fieles estén de acuerdo
Que se propongan y las acepten los fieles, previa y explícitamente advertidos. Antes de la celebración de la Misa, el sacerdote debe indicar a cada oferente que la intención de Misa por la que entrega su ofrenda se tendrá en cuenta en una "Misa colectiva" donde se pedirá por varias intenciones a la vez.
4Que se indique públicamente
Se debe de indicar públicamente el día, lugar y hora de estas Misas.
5Que se lean las intenciones antes de Misa
La lista de intenciones se leerá antes de la celebración, aunque no necesariamente citando todos y cada uno de los nombres, sino que podría ser de modo genérico; a menos que no sean muchos que se podrán mencionar también en el momento de las intercesiones antes de la doxología.
6Que la aportación económica sea voluntaria
La aportación económica es y debe ser voluntaria, y los fieles la depositarán en un lugar específico para tal fin. No hay que confundir esta aportación con la ofrenda o limosna de los fieles durante el ofertorio, pues esta tiene su destino propio.
7Que se evite el riesgo de simonía
En materia de ofrendas de Misas, evítese hasta la más pequeña apariencia de negociación o comercio, es decir el riesgo de aparentar simonía. Actualmente la materia queda regulada por los cánones 945-958 del Código de Derecho Canónico. Tener en cuenta que la norma sigue siendo la celebración de la Misa por intenciones individuales, según la tradición de la Iglesia.
8Que el sacerdote se quede solo con un estipendio
El sacerdote celebrante nada más puede retener para sí un solo estipendio que es el fijado por la diócesis. Aunque en la misma Misa se apliquen varias intenciones el sacerdote únicamente puede percibir el estipendio de una sola intención. El resto de las ofrendas se entrega, parte a la diócesis -a favor de los fines determinados en el derecho- y parte al fondo común de la parroquia.

