El profesor Enrique Alarcón, de la Universidad de Navarra, presentó las conclusiones de la más reciente investigación en torno a la tumba del Apóstol Santiago.
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El profesor Enrique Alarcón, de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Navarra, presentó recientemente en una serie de coloquios las conclusiones de las investigaciones que, durante los últimos cinco años, ha llevado a cabo en la tumba del Apóstol Santiago.
Entre ellas, la de una inscripción dentro de la Tumba Apostólica, en la que se lee, en hebreo, el nombre del apóstol: “Jacob”. De hecho, el nombre “Santiago” es una contracción del latín “Sanctus Iacobus”, “Santo Jacobo”.
En una entrevista concedida a Abraham Coco para el ABC de España, el profesor Alarcón señaló que cuando publicó su hipótesis sobre esta inscripción, hace ya cinco años, solicitó también permiso para introducir una cámara de alta resolución, manejada a control remoto en la Tumba Apostólica. Al hacerlo, consiguió un buen número de inscripciones antiguas que o no pueden observarse desde el exterior, o que simplemente pasan inadvertidas.
La mayoría de estas inscripciones, señala el académico, corresponden al siglo II, y seguramente fueron hechas con motivo del enterramiento de Atia Modesta, una hispanorromana que era la propietaria del mausoleo, y una de las primeras cristianas de Hispania. De hecho, sus iniciales aparecen representadas –en forma de un monograma- en la Tumba Apostólica, junto a símbolos cristianos como el Alfa y la Omega, representado en tres alfabetos: griego, latino y hebreo.
También, el monograma de Atia Modesta aparece asociado al nombre de María –lo cual ha sido toda una sorpresa para los investigadores-, escrito en caracteres latinos y griegos. De hecho, junto al nombre de María aparece, precisamente, el de “Jacob”, “Santiago”, en hebreo.
Así, el investigador llega a la conclusión que que ya en el siglo II, existió en lo que hoy es Compostela una comunidad cristiana, por pequeña que fuese, con contacto con la cultura judeocristiana –como lo evidencian las inscripciones en hebreo- que ya rendía culto, junto a Cristo, a María y a Santiago.
De hecho, aunque no tuviésemos conocimiento de las tradiciones medievales asociadas con la veneración al Apóstol Santiago, estas inscripciones serían suficientes para asegurar que la cripta que se encuentra bajo el altar mayor de la catedral es un lugar excepcional para el estudio arqueológico de los inicios del cristianismo.
Para leer la entrevista completa en el ABC de España, puede hacer clic aquí. Y si quieres saber más sobre Santiago de Compostela, puedes hacer clic en esta postal, que te conducirá a un tour que hemos preparado con especial cuidado.
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