El “hazlo tú mismo” puede traer serias consecuencias: desde diabetes hasta el suicidioEmpezar a consumir fármacos, tras haber confundido los síntomas de una depresión, o tras el diagnóstico equivocado o el “hazlo tú mismo”, es una pésima idea. Más aún, es peligroso. Una conclusión a la que llegaron una serie de estudios estadounidenses e ingleses que se preguntaron sobre la difusión creciente de fármacos antidepresivos, en particular entre Inglaterra y Estados Unidos.
La depresión, como escribe en una encuesta el Daily Mail (2010) al consultar a la doctora Cecilia D’Felice de la British Psychological Society, se manifiesta exclusivamente en cinco tipologías.
1. Reactiva
Síntomas: incapacidad de enfrentar el día y hacer frente a situaciones de rutina. Te sientes triste, abrumado, enojado y no logras pensar cómo salir del atolladero. Por ejemplo, estás convencido de que nunca tendrás un trabajo y tu vida se ha acabado.
Causas: eventos importantes de vida como el divorcio, la muerte de un ser querido, la pérdida del trabajo.
Posibilidad de volverse una depresión a largo plazo.
Sentirse de esta manera tras un evento importante es muy normal y la infelicidad debería comenzar a disiparse después de algunas semanas.
Pero un solo trauma puede también ser la gota que colma el vaso, si tienes otras cosas en tu vida que te causan agitación, ansiedad, como el estrés por el puesto de trabajo. Esto puede llevar a una depresión a largo plazo. Si has estado triste durante varias semanas sin ninguna mejoría pide ayuda.
Solución: hablar con amigos, familiares, o un terapeuta es muy importante para buscar una salida. O te puedes dirigir a tu médico de cabecera para que evalúe el consumo de fármacos.
2. Fisiología
Síntomas: cansancio, sensación de debilidad, te sientes abrumado y exhausto, incluso si has dormido bien.
Causas: problemas de salud como en la tiroides o síntomas relacionados con la menopausia y el envejecimiento.
Posibilidad de volverse una depresión a largo plazo.
Esta es una situación en que los cambios de salud pueden influir en el humor. El hipo o hipertiroidismo pueden, por ejemplo, producir síntomas que son muy similares a la depresión, como la escasa fuerza y el cansancio en exceso.
Solución: para excluir un problema de salud de base consulta a tu médico de familia, que puede pedir análisis de sangre para ver si se puede identificar la causa. Es necesario ver también otros factores en nuestra vida. Por ejemplo, es natural sentirse emotivamente vulnerables después de tener un hijo. Si esta condición persiste un mes después del nacimiento, podría tratarse de una depresión.
3. Relacionada con el estrés
Síntomas: sensación de agitación, tensión, falta de concentración, incapacidad de recordar las cosas simples. Irritación incluso en acciones normales. Constante sensación de estar bajo presión.
Causas: demasiado trabajo, cambio de casa, presión por ser padre o hijo respecto a la relación con los padres.
Posibilidad de volverse una depresión a largo plazo.
El estrés es una parte normal de la vida y existen estudios según los cuales una cantidad limitada puede ser útil. Sin embargo, el estrés acumulativo puede llevar a una depresión a largo plazo.
Solución: si los síntomas persisten durante algunas semanas, entonces es necesario hablar con tu médico de familia. Reconocer el problema puede ayudar a identificar qué está provocando el estrés. Será también una oportunidad para entender cómo aprender a relajarse y quizá hacer ejercicio físico para descargar el estrés.
4. Existencial
Síntomas: Estás triste, inquieto y quizá duermes mal. Nada parece darte ningún placer. Existe también una sensación de que no eres bueno en lo que haces.
Causas: Sentirse sin raíces, sin dirección, vacío o atrapado, así como inseguro de tu lugar en el mundo.
Posibilidad de volverse una depresión a largo plazo.
Todos tenemos fases en que nos sentimos negativos, pero si esto continúa durante más de dos semanas, entonces esos sentimientos pueden llevar a una depresión crónica. El insomnio puede empeorar o se puede sufrir hipersomnia, el deseo de dormir todo el tiempo para evitar enfrentar la realidad.
Solución: la psicoterapia te ayudará a llegar a la raíz del problema y de los sentimientos. Si te falta motivación, o tienes una baja autoestima, la Terapia Cognitivo-Conductual (CBT) te resultará útil.
5. Distimia
Síntomas: Sensación de quemado, percepción de ausencia de esperanza o de insensibilidad.
Causas: Ninguna en particular, muchas personas dicen que sienten que han nacido de este modo. Se sienten constantemente negativas y oscuras.
Posibilidad de volverse una depresión a largo plazo
Las personas que se sienten de esta manera repiten a menudo que siguen adelante así desde que eran jóvenes. Si tienes pensamientos como “sería mejor si estuviera muerto”, busca ayuda inmediatamente.
Solución: La terapia cognitivo-conductual activa la mente para modificar procesos de pensamiento y, por lo tanto, modelos de comportamiento. Las sesiones buscan involucrarte e intentan hacerte interactuar con otras personas. Pero háblalo antes con tu médico de familia.
Fármacos equivocados
Hasta aquí la depresión real. Pero hay quien la confunde. El doctor Alex Mitchell, consultor de psiquiatría en el Leicester General Hospital, informó al Daily Mail sobre una investigación conducida por su equipo, según la cual a un promedio de dos pacientes a la semana que han sufrido una intervención quirúrgica se les prescriben fármacos antidepresivos.
Tratamiento equivocado
Un estudio autorizado del 2015 publicado en The Journal of Clinical Psychiatry, sostiene además que el 70% de los estadounidenses tratados con fármacos antidepresivos no son depresivos. En particular, el 38% sufre efectivamente de algún trastorno psiquiátrico como el trastorno obsesivo, compulsivo, fóbico social, etc., pero a ninguno de ellos se le aplicaría un tratamiento con antidepresivos.
“Nuestros datos indican que los antidepresivos son comúnmente utilizados en ausencia de claras indicaciones basadas en un diagnóstico de depresión”, explica la investigación.
Ningún beneficio
Un estudio publicado por la revista JAMA Pediatrics (enero 2010) concluye que no hay pruebas que los SSRI (Inhibidores selectivos de la recaptación de la serotonina, un famoso grupo de antidepresivos que incluye al Prozac, Paxil, Zoloft y otros) produzcan beneficios para las personas con leve o moderada depresión, y funcionen mejor que un placebo.
Y un estudio presentado en la conferencia de Neuroscience en 2009 cuenta una historia similar. Los investigadores de la Northwestern University Feinberg School of Medicine llegaron a la conclusión de que los fármacos antidepresivos no fueron inventados para la depresión.
Los investigadores han usado algunos fármacos para manipular el comportamiento de los animales estresados, resultando útiles para el estrés (articles.mercola.com, julio 2011).
Riesgos para la salud
Además del riesgo de que resulten ineficaces, los antidepresivos no son inocuos y están asociados a graves problemas de salud, si se consumen tras un diagnóstico equivocado. Los riesgos hacia los que están orientados numerosos estudios científicos, son los siguientes:
1 – Diabetes: El riesgo de diabetes tipo 2 es de dos a tres veces más alto si se consumen antidepresivos, según un estudio de la universidad de Southampton, publicado en la revista Diabetes Care.
2 – Los problemas con el sistema inmunológico: fármacos SSRI corren el riesgo de hacer que la serotonina permanezca en las conexiones nerviosas, interfiriendo con la señalización de las células inmunológicas.
3 – Los pensamientos suicidas y sentimientos conductuales violentos: el riesgo de suicidio, según la FDA, organismo de control federal de los Estados Unidos sobre los fármacos puede ser dos veces más elevado si se toman fármacos SSRI; siete de doce tiroteos en las escuelas estadounidenses han visto como protagonistas a chicos que estaban o bajo antidepresivos o que los habían usado (La Stampa, enero 2013).
4 – Autismo: Otro estudio de la University of Montreal, publicado en JAMA Pediatrics encontró un riesgo del 87% de autismo entre niños nacido de mujeres que han usado antidepresivos durante el segundo o el tercer trimestre de embarazo (controcopertina.com, 15 diciembre 2015).
Como subraya un dossier del psiquiatra Pasquale Parise, “no existe necesariamente una asociación causal entre exposición a SSRI en el útero y el desarrollo de rasgos autistas, pero la prescripción de SSRI en el embarazo representaría un indicador de gravedad de la psicopatología materna, y determinaría el incremento del riesgo la severidad de la historia clínica de la madre”.
5 – Huesos frágiles: un estudio de un grupo de investigadores canadienses, que apareció recientemente en una prestigiosa revista científica (JB Richards et al, Arch Intern Med Jan 22 2007; 167: 188-194), demostró cómo las mujeres que consumen antidepresivos tienen un riesgo del 30 por ciento más alto de fractura vertebral y un elevado riesgo del 20 por ciento en todo el resto de fracturas.
María Luisa Brandi, profesora ordinaria de endocrinología y enfermedades del metabolismo en la Universidad de Florencia, explica al Corriere della Sera (18 julio): “Los estudios que tenemos hoy a nuestra disposición, epidemiológicos de varios tipos, no permiten establecer un nexo preciso de causalidad entre depresión y osteoporosis, pero la mayor parte de las investigaciones y los meta-análisis revelan una correlación entre la primera y la segunda y no sólo en las mujeres en la menopausia, sino también en hombres y jóvenes, aunque existen resultados contrastantes”.
Por ejemplo, el uso de fármacos SSRI o antidepresivos tricíclicos ha llevado a un aumento de pérdida de masa ósea en una multitud de mujeres de mediana edad en un estudio de perspectiva realizado por un equipo de la Universidad de Minnesota de Minneapolis y publicado en el Journal of Clinical Endocrinology and Metabolism (http://www.pharmastar.it, settembre 2013).
6 – Isquemia: El riesgo de ictus puede ser del 48% más elevado si se está bajo antidepresivos, quizá en relación al modo en que los fármacos influyen en la coagulación de la sangre. Un artículo de la American Journal of Psychiatry sugiere que los antidepresivos aumentan el riesgo del ictus. El estudio concierne a más de 24.000 pacientes de Taiwán que habían tenido un ictus, demostrando que el consumo de antidepresivos está asociado a un riesgo mayor del 48%. Estos resultados están en concordancia con los estudios anteriores (www.ccdu.org, maggio 2011).
