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Los sueños de los refugiados en América Latina

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Pablo Cesio - publicado el 20/06/16
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Miles miran con esperanza a América Latina, un continente de brazos abiertos

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Este 20 de junio se celebra el Día Mundial del Refugiado. Si bien Europa se ha convertido últimamente en el principal destino de miles de personas que huyen de la guerra, América Latina no es ajena al fenómeno.

Es cierto que en los últimos años el foco de atención estuvo puesto en los sirios que dejaron su país debido al conflicto civil, pero en la región también ejemplos de países que les abren la puerta a hermanos que no están tan lejos.

El de Ecuador es quizás uno de los casos más emblemáticos por ser el que más ha recibido a colombianos que huyen de los conflictos internos. Según la Agencia de la ONU para los Refugiados, Acnur, hasta finales de 2015 Ecuador recibió más de 230.000 solicitudes de asilo. El 70% de los refugiados en el país vive  en zonas urbanas. Además, la mayor parte permanece cerca de la frontera, en regiones que tienen inconvenientes en cuanto a servicios e infraestructura, indica El Comercio de Ecuador, que en una edición por el día del refugiado recoge algunas historias de vida de colombianos que llegaron a esas tierras.

Tal es el caso de Lucenia, una joven de 24 años que llegó a Ecuador como refugiada huyendo de la violencia en su país. “Allá corría peligro mi viva. Cuando ya tenía 12 años acá, a mi hermano lo secuestraron y lo mataron allá”, expresó a El Comercio de Ecuador.

Lucenia tiene tres hijos, aunque en realidad se hizo cargo de uno más al enterarse de que una madre había muerto y dejado solo a un bebé con un diagnóstico no muy alentador en cuanto a su salud.

“Llegué y me encontré con la noticia que una señora había muerto y dejaba nueve hijos. Entramos a la casa donde la estaban velando y oí a un bebé que lloraba desconsoladamente”, contó.

Lugo de varios meses en el hospital el padre del niño aceptó que Lucenia se encargara de él.

“Cuando le dieron de alta llamé a bienestar social para que se lo lleven, pero yo ya sentía un apego y decía: dondequiera que se lo lleven yo lo visito (…). Luego su papá y su familia aceptaron que lo cuidara y ahora estoy en el trámite de adopción”, aseguró.

Otro es el caso de Carmen, que llegó a Colombia hace 13 años como refugiada. Forma parte de la campaña impulsada por Acnur #Conlosrefugiados, publica El Comercio, que pretender que los gobiernos garanticen a todos los niños refugiados que tengan un lugar seguro para vivir y que tengan la oportunidad de trabajo y espacio de desarrollo personal. Esta petición será entregada en la sede de la ONU el próximo 19 de setiembre.

Carmen abandonó Colombia luego de que su hermano fuera asesinado y luego de trabajar en varios lugares logró emprender su propio camino a través del negocio de las sandalias.

“He hablado con muchas personas que dicen que somos narcotraficantes, pero me lleno de paciencia para explicarles que no todos somos malos. Venimos de un país que tiene conflictos, pero no todos somos iguales”, comentó a El Comercio.

El de Ecuador es uno de los ejemplos más claros. En este caso, la mayoría son colombianos debido a la situación del conflicto interno vinculado al gobierno y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (las FARC).  Incluso, en las zonas ecuatorianas de Pampanal o San Lorenzo, hay barrios levantados por refugiados.

“Las personas que vienen aquí ni siquiera miran a los ojos. Vienen dañados. Hay personas que casi no hablan, que sienten vergüenza de contar su situación. Llegan cabizbajos, nostálgicos, derrumbados”, dijo a Eldiario.es una asistente social vinculada al tema refugiados en Ecuador.

Pero en la región hay otros casos, más vinculados a Centroamérica, donde muchas personas huyen de situaciones desfavorables en cuanto a su futuro a países más al norte como México o Estados Unidos.

En tanto, en otros países como Venezuela, también se avizora una oleada de personas que se alejan del conflicto político y social que hay en el país.

Los refugiados sirios, los protagonistas

En 2015 continente americano se vio sacudido por una serie de iniciativas que promovieron la llegada de refugiados sirios al continente debido a la guerra civil que atraviesa el país. La mayoría llegó a Brasil, pero también fueron recibidos por Argentina y Uruguay.

“Brasil ha tenido una política de puertas abiertas con los refugiados. El número aún es bajo, pero sin duda se trata de un ejemplo que debe ser seguido a nivel mundial”, aseguró a BBC Mundo el representante de Acnur, en el país, Andrés Ramírez.

En este país los refugiados sirios pueden tener acceso a educación y sanidad, además de oportunidades laborales con más flexibilidad que en otros países.

En el caso argentino, hay una importante comunidad siria y dio asilo a 233 personas desde que estalló el conflicto, recuerda BBC Mundo en base a datos aportados por la Comisión Nacional para el Refugiado. Además, en el país existe el denominado Programa Siria con esos fines.

También está el caso de Uruguay, que  en 2014 recibió a 42 ciudadanos sirios como señal de apertura y generación de conciencia con el drama que viven millones de personas en el mundo. A pesar del gesto, con el correr del tiempo algunos de estos ciudadanos tuvieron algunos inconvenientes de adaptación. Otros países como Chile y México también consideraron la propuesta de abrir sus puertas a refugiados sirios.

Buenas prácticas legislativas

Las Américas tienen una antigua y generosa tradición de brindar asilo y protección a quienes lo necesitan, hospitalidad que ha dejado huella en una serie de buenas prácticas legislativas en la región, expresa Acnur en su sitio web.

En ese sentido, esta agencia hizo públicas 30 buenas prácticas legislativas para considerar al respecto de los refugiados que llegan a la región, entre las que se destacan la definición regional del refugiado, sus derechos a buscar y recibir asilo, la asistencia legal gratuita, capacitación permanente, hasta regulación del desplazamiento interno.

Sin dudas América Latina fue y seguirá siendo un lugar de esperanza para muchos que huyen de la guerra, la pobreza, e incluso un ejemplo de hermandad en cuanto al recibimiento de personas cercanas entre los países de la región. Y por ende, Latinoamérica sigue siendo un continente de sueños, algo que vale la pena recordar en este día tan especial para personas que afrontan esta situación.  

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