Hace poco colgué un vídeo en mi página de Facebook sobre unas encantadoras criaturas de las profundidades marinas, entre las que había una extraña medusa brillante. Despreocupada, expresé mi sorpresa ante las personas que pueden ver estas peculiares criaturas y no creer en un Dios Creativo. Según parece, como el vídeo se hizo viral, mi publicación la vieron muchas más personas de las que lo hacen habitualmente y un gran número de no creyentes procedió a informarme de que la evolución es real y que mi comentario demostraba un extraordinario nivel de ignorancia científica.
Como me encanta chocarme la cabeza contra las paredes, informé a muchos de los comentaristas que es posible que un cristiano crea en un Dios creador de extrañas criaturas marinas y que también las hubiera creado a través del proceso de la evolución. Nadie pareció entender este argumento tan básico. Una y otra vez, intenté abrir los ojos de los comentaristas, dadas sus nociones estereotipadas de un cristianismo anticiencia, pero muy pocos parecían conocer algunas de las ideas fundamentales del cristianismo ni tampoco ser conscientes de que la religión no es un monolito. La ignorancia (y arrogancia) que manifestaron estos ateos me dejó totalmente perpleja, ¡y eso que yo también solía ser atea!
Sin embargo, como podría deciros la mayoría de las personas que trata con ateos en internet, éste no es un incidente aislado. Basándome en mis interacciones con ateos en mi blog, parece evidente que hay muchas personas que tienen unas nociones incompletas y, en algunos casos, completamente desinformadas sobre el cristianismo. Es como si muchos ateos se esforzaran en ser inteligentes, lógicos y racionales en relación a cualquier tema, exceptuando el cristianismo, para el que son completamente aceptables unas nociones de Dios y la fe de un nivel de escuela infantil.
Para que quede claro, como antigua atea que soy y con muchos amigos que siguen siendo ateos, sé que los ateos de internet no son representativos de todos (de igual modo que algunos católicos enfadados y amargados no representan a todos los católicos). Pero hay escritores, como Richard Dawkins, que han fomentado un menosprecio de esa actitud respetable de conocimiento entre muchos ateos; esta actitud desdeñosa ha bajado el listón intelectual al nivel de rabietas de recreo, del estilo de “Demuestra que existe ese amigo imaginario feo que tienes en el cielo”, que es más o menos lo mejor que muchos ateos pueden ofrecer en los comentarios de internet hoy en día.
Así que, ¿cómo debería responder un cristiano a la ignorancia y la arrogancia que prevalece entre algunos ateos de la red?
- Conoce las respuestas básicas a la mayoría de los ataques más comunes: Me he encontrado con un repertorio muy limitado de críticas de la mayoría de los ateos, así que no hay razón para amedrentarse. No obstante, los cristianos deberían intentar de verdad estar lo suficientemente informados para participar en ciertas interacciones, respetuosas a ser posible. El libro de Trent Horn, Answering Atheism [Respondiendo al ateísmo], es uno de los libros más completos y accesibles que conozco y que preparan a los católicos para responder a los ateos. Hay sitios web, como Strange Notions [Nociones extrañas], que también albergan un alto nivel de diálogo entre ateos y teístas; se puede aprender mucho de los artículos y de algunas de las conversaciones en los comentarios.
- Evita responder con arrogancia, desdén o el equivalente verbal a poner los ojos en blanco: Puede resultar difícil. Cuando alguien te habla con altanería, es verdaderamente difícil no responder de la misma forma. Pero si una persona no puede dialogar con un mínimo de respeto en internet, es posible que no sea el momento más apropiado para entablar un diálogo sobre cuestiones de este tipo con esa persona, y tal cual lo puedes hacer constar, con calma y madurez.
- No interactúes con provocadores: Algunos ateos buscan una conversación genuina, pero otros sólo quieren provocar. Por desgracia, muchos de los ateos con los que me he topado en internet son, o bien unos provocadores, o están tan enfadados y amargados que es imposible ir más allá de la emoción para tener una conversación lógica. Que no se te acelere el pulso por nada. Que no te “troleen”. Si sabes cuándo quitarte de en medio, ya tienes media batalla ganada.
- No te cargues siempre con la responsabilidad de tener que aportar pruebas: La mayoría de los ateos con los que he conversado en internet exigen que les dé pruebas de la existencia de Dios o que yo, por cuenta propia, les solucione el problema del sufrimiento. Los cristianos no tienen por qué cargar con el peso de la prueba en estas conversaciones. Si un ateo o una atea intenta convencerte de que estás en un error, el peso de la prueba es de él o ella. Hay ateos que a menudo actúan como si lo contrario fuera verdad porque es una buena forma de intimidar sin tener que esforzarse y así poner fin a un debate antes de que comience. No caigas en la trampa.
- Pide inspiración al Espíritu Santo: Antes de interactuar en internet con ateos, o con cualquiera en cualquier sitio, prueba a pedir al Espíritu Santo que te ayude a discernir en la elección de tus respuestas. El Espíritu Santo nos ayuda a aceptar los debates cuando merezcan la pena y nos ayuda a pasar de largo interacciones que sean malsanas y tóxicas. El Espíritu Santo también puede ayudarnos a actuar de una forma más cristiana en estas situaciones porque tenemos el poder de los sacramentos, que deberían estar estimulando nuestra caridad. Es escandaloso cuando hay situaciones en las que la caridad de los cristianos es más escasa que la de los ateos, que no tienen necesariamente el beneficio de los increíbles poderes de los sacramentos.
¿Alguna otra idea? ¡Compartidla en los comentarios!
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