En nuestra sociedad actual, los estereotipos sobre la belleza de la mujer son varios y variados pero tienen una cosa en común: Introducen modelos a seguir, metiéndose en el tejido más íntimo de la persona y conduciéndola según indican, al punto de cambiar su propia visión personal. Es importante reconocer que la belleza humana no puede ser controlada, dictada o descrita por elementos externos, sino que proviene de dentro, de lo que la persona es, de su existencia y su libertad.
Es importante que la persona sepa que aunque las tendencias marquen otra cosa, siempre es bella porque elige serlo, porque Dios así la ha creado.