9.000 misioneros españoles realizan la evangelización en Hispanoamérica
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En América Latina hay 9.000 misioneros españoles cuya tarea es la evangelización en “el continente de la esperanza”, como lo calificara en su día san Juan Pablo II. De estos, 300 forman parte de la Obra de Cooperación Sacerdotal Hispanoamericana (OCSHA), que desde 1949 ha enviado más de 2.200 sacerdotes diocesanos españoles.
Uno de estos es Ricardo Sarras. Actualmente es delegado de Misiones de Gerona, pero durante muchos años estuvo como misionero en Chile. El día 12 de septiembre cumple 50 años como sacerdote y este domingo lo celebró junto a algunos de sus compañeros de la OCSHA.
En el programa El Espejo de la cadena Cope, Ricardo Sarras recuerda su vocación, su misión en Chile y la difícil situación vivida durante el golpe de Estado de Pinochet (11 de septiembre de 1973). En él fue asesinado uno de sus compañeros, Juan Alsina, con quien comenzó su misión en este país.
Vocación a la misión en Hispanoamérica
Ricardo Sarras tuvo su vocación clara desde jovencito y muy pronto fue al seminario de Gerona. Pero sería un misionero en el Día de Hispanoamérica quien terminaría de forjar su vocación: “Vino un misionero a hablarnos de este día y de la necesidad de que fueran curas para allá. Ahí me pilló la vocación y junto con Juan Alsina nos fuimos al Seminario Hispanoamericano”.
Su experiencia pastoral en este tiempo cambiaría su vida: “Chile vivía una situación nueva, fue muy interesante porque fuimos justo después del Concilio y era poner en práctica el Concilio en América”. En esa época su compañero Juan Alsina sería asesinado.
Ricardo Sarras lo recuerda: “Él comenzó una experiencia de cura obrero, una experiencia especial porque estaba en una parroquia de la diócesis de Santiago, una parroquia en el puerto y como había un hospital celebraba la misa para los enfermos y las monjas. Le daban un sueldo y se planteó el justificar este dinero. Así fue como planteó trabajar media jornada. La gente del hospital cambió la relación con él. Lo veían como un amigo más de la plantilla del hospital”.
Tras ese primer contacto, Juan Alsina realizaría un curso para jefe de personal del hospital que ejercería en Santiago de Chile. En su labor como sacerdote, “lideraba un grupo de Acción Católica y los fines de semana venía a celebrar misa a las parroquias”, explica Ricardo.
Pidió que no le vendaran los ojos porque quería perdonarle
En el hospital, a Juan Alsina le pilló el golpe de Estado de Pinochet y “en una de estas redadas que hicieron en el hospital, lo atormentaron, se lo llevaron y luego supimos al día siguiente que lo habían fusilado la noche anterior”.
“El soldado dijo que en el momento en que le iba a fusilar pidió que no le vendaran los ojos porque quería perdonarle”, muestra Ricardo Serres: “Esta es la confesión del soldado que nos muestra cómo era Juan”.
Fueron tiempos duros, pero se sintieron acompañados desde España: “Nos planteamos volver, pero pensamos en seguir el testimonio que él había dado. Fue un testimonio muy valorado por los que le conocieron”.
Ahora, Ricardo Serres está “del otro lado”. Se encuentra en la organización y en la búsqueda de sacerdotes que puedan seguir sus pasos y los de Juan Alsina. Es necesario ir a la misión en Hispanoamérica: “Aquí hay muchas posibilidades y no se aprovechan. Allí la gente es más abierta, más colaboradora y al sacerdote extranjero lo aprecian mucho”.
Para el delegado de misiones de Gerona, en la misión “todo el mundo es necesario”. “A veces cuesta crear un ambiente misionero en la diócesis. Pensamos que la misión la tenemos aquí y no hay que ir fuera y por este hecho olvidamos esta dimensión misionera de toda diócesis”.
“A veces tenemos miedo de quedar sin curas”, concluye Ricardo Serres: “En la medida en que nosotros seamos generosos, el Dios de la mies será generoso con nosotros. Si somos egoístas aquí, el Señor no nos dará retribución”.