6. Decir “gracias”: enseñen a los niños a decir “gracias” como parte de una frase completa, por ejemplo “gracias papá, por haber hecho la cena”. Animen a los niños que están en la escuela a decir “gracias” durante el día, sobretodo cuando los ayudan a prepararse para la escuela o al llevarlos a las diversas actividades. Hagan que sean agradecidos con los entrenadores y profesores. Luchen para que sus hijos digan “gracias” sin que se les tenga que recordar. Durante diez años les recordé a mis hijos decir “gracias” cuando se les servía en el restaurante, pero no logré que lo hicieran sin tener que recordárselo. Ahora si se olvidan de decir “gracias” deben buscar al mesero que les ha servido y agradecerle personalmente antes de irse. Ya no hacen falta los recordatorios..
7. Den ejemplo: ¿Cuántas veces al día dicen “gracias”? ¿Les han dicho a sus hijos las cosas por las que están agradecidos? Nuestros hijos miran nuestro actuar. No podemos pedirles que sean agradecidos si nosotros no lo somos. Vayan a casa y hablen de las partes felices de su día, escogiendo una opción consciente para que no se lamenten.
8. Enseñen “es mejor dar que recibir”. Incluso los más pequeños pueden comprar o dar regalos a los demás: lleven a los niños más pequeños a comprar a la tienda “todo a un euro”. Desafíenlos a escoger regalitos para los demás sin comprar algo para sí. ¡Es difícil!
9. Encuentren el tiempo para los trabajos domésticos: La mayor parte de los niños tiene alrededor de cuatro horas entre la vuelta de la escuela y la hora de irse a dormir. En estas cuatro horas tienen que hacer la tarea, llevar a cabo las actividades extraescolares, cenar, bañarse y prepararse para ir a dormir. Es difícil encontrar tiempo para las tareas domésticas, pero sin ellas los niños no pueden entender qué significa gestionar una casa, dando por sentado la colada y los platos limpios. Encuentren tareas del hogar para sus hijos que sean aptas a su edad, aunque sean sólo cinco o diez minutos al día. Dejen los trabajos domésticos que requieren más tiempo para el fin de semana, por ejemplo la limpieza del baño, cambiar las sábanas…
10. Logren que los más grandes cuiden a los más chicos: Se dice que no se logra entender realmente qué quiere decir educar a un niño hasta que no se tienen los propios. Quizá es verdad, pero dar a los hijos mayores la responsabilidad de los más chicos los ayudará a tener un comportamiento de agradecimiento en relación a los padres.
Junten a los grandes y a los chicos para llevar a cabo los trabajos domésticos o las tareas. Los niños de edad escolar pueden leer un libro a los más pequeños o ayudarlos a vestirse. Sus hijos más grandes adquirirán confianza en sí mismos y un sentido de responsabilidad y la relación que construirán con los más chicos durará toda la vida.
11. Hagan regalos “experienciales”, no de objetos: ¿Demasiados juguetes? ¿Qué piensan de regalar un abono para el museo del niño, una inscripción al fútbol o un campamento? Los regalos “experienciales” construyen las relaciones.
12. Monitoreen los medios de comunicación a los que están expuestos sus hijos: Nuestros hijos son bombardeados por publicidad apta para varias edades y están muy jóvenes para entender o para oponer resistencia. Los medios de comunicación favorecen el materialismo. Es nuestra tarea monitorear cuidadosamente los medios a que están expuestos los niños para que no sean arrastrados por la publicidad y no sientan incompletos o no realizados.
Common Sense Media es un sitio web que ofrece datos e información sobre publicidad que tiene como objetivo a los niños para la televisión, las películas, los juegos y los libros, de manera que los padres no sean aplastados por la cantidad de medios existentes.
Por Kathleen M. Berchelmann,MD es asistente de Pediatría en la Washington University School of Medicine de San Luis y madre de cinco niños. Contribuye regularmente en Aleteia, Childrens MD, CahtolicPediatrics y CatholicMom, y en muchas transmisiones televisivas y radiofónicas. Su página web es KathleenBerchelmannMD.com.