separateurCreated with Sketch.

Santa María Madre de Dios, la fiesta más antigua de la Virgen

VIERGE MARIE
whatsappfacebooktwitter-xemailnative
Patricia Navas - publicado el 01/01/15
whatsappfacebooktwitter-xemailnative
Los católicos de todo el mundo siempre han venerado a María como madre de Dios

María es la madre de Jesús, que es Dios, por lo que ella es la Madre de Dios. Esta es la fe que da origen a la celebración católica del primer día del año, la fiesta mariana más antigua de Occidente: María Madre de Dios.

La mujer escogida para traer a Jesús al mundo nació ya sin el pecado original y siendo muy joven fue avisada por un ángel, Gabriel, de esa gran misión que estaba llamada a realizar.

Al dar su sí al plan de Dios anunciado por el ángel, quedó embarazada con la única intervención del Espíritu Santo, permaneciendo virgen.

Desde el principio el camino de dar a luz a Dios hecho hombre estuvo marcado por los problemas humanos, su espíritu humilde, servicial y dócil y la gracia divina.

Compañera de Jesús

El Evangelio de Lucas relata que durante la gestación de Jesús, María salió de su casa para visitar a su prima Isabel (también embarazada de Juan y de edad avanzada) y más tarde para acompañar a su esposo José a empadronarse en Belén.

Allí nació su hijo en circunstancias humanamente muy precarias. María convivió con Jesús en casa junto a José toda su infancia y juventud.

De la infancia del hijo de Dios, el Evangelio destaca que sus padres cumplieron las leyes judías (le circuncidaron, lo presentaron en el templo).

También que en una ocasión, cuando tenía 12 años, sus padres lo perdieron durante tres días en Jerusalén y después de buscarlo con angustia lo encontraron en el templo conversando con los maestros.

"¿Por qué me buscabais? ¿No sabíais que yo debía estar en la casa de mi Padre?", les respondió cuando le preguntaron. María conservaba cuidadosamente todas las cosas en su corazón.

María siempre acompañó a su hijo, aunque más desde la distancia durante los tres años de vida pública de Jesús.

Él valoró, por encima incluso de que fuera su madre biológica, que ella cumpliera la voluntad de Dios.

María permaneció también a su lado durante su ejecución en la cruz. En aquel momento, Jesús se la entregó a su discípulo Juan (“He ahí a tu madre”, le dijo) y con él a todas las personas, haciéndola madre de todos.

Hombres y mujeres con madre

Los católicos siempre han venerado a María como madre de Dios. En el año 431, Nestorio lo negó y los 200 obispos del mundo de aquel momento se reunieron en la ciudad donde María pasó sus últimos años, Éfeso y declararon: 

“La Virgen María sí es Madre de Dios porque su Hijo, Cristo, es Dios”.MADONNAGalería fotográfica

De hecho, el nombre que más usaban los cristianos para referirse a ella en Oriente y Occidente era “María, Madre de Dios” (en griego, Theotokos: la que dio a luz a Dios).

También hoy así la nombran con fe católicos de todo el mundo, y por eso la Iglesia empieza el año pidiendo su protección.

Newsletter
¿Te ha gustado leer este artículo? ¿Deseas leer más?

Recibe Aleteia cada día.

Apoye Aleteia

Usted está leyendo este artículo gracias a la generosidad suya o de otros muchos lectores como usted que hacen posible este maravilloso proyecto de evangelización, que se llama Aleteia.  Le presentamos Aleteia en números para darle una idea.

  • 20 millones de lectores en todo el mundo leen Aletiea.org cada día.
  • Aleteia se publica a diario en siete idiomas: Inglés, Francés, Italiano, Español, Portugués, Polaco, y Esloveno
  • Cada mes, nuestros lectores leen más de 45 millones de páginas.
  • Casi 4 millones de personas siguen las páginas de Aleteia en las redes sociales.
  • 600 mil personas reciben diariamente nuestra newsletter.
  • Cada mes publicamos 2.450 artículos y unos 40 vídeos.
  • Todo este trabajo es realizado por 60 personas a tiempo completo y unos 400 colaboradores (escritores, periodistas, traductores, fotógrafos…).

Como usted puede imaginar, detrás de estos números se esconde un esfuerzo muy grande. Necesitamos su apoyo para seguir ofreciendo este servicio de evangelización para cada persona, sin importar el país en el que viven o el dinero que tienen. Ofrecer su contribución, por más pequeña que sea, lleva solo un minuto.