Indicaciones para una buena celebración
Llevar la cruz procesional al inicio de la procesión para la misa.
Llevar los cirios durante la procesión de entrada y para la proclamación del evangelio.
Llevar el incensario para incensar el altar, el evangeliario, las ofrendas sobre el altar, los ministros ordenados, el pueblo, durante la elevación del cuerpo y sangre de Cristo.
Llevar la naveta con el incienso.
Sostener el misal para que el sacerdote, desde la sede, inicie la misa.
Llevar al altar las ofrendas eucarísticas: el pan, las vinajeras con el vino y el agua durante la preparación de los dones. Ojalá cada botella en una mano (sin tapas) evitando ponerlas sobre el altar.
Llevar de la credencia al altar los vasos sagrados. El cáliz con el purificador, la patena que contiene la hostia sacerdotal, el corporal y la palia (normalmente todo está junto). Para trasladar el cáliz se pone siempre una mano sobre el corporal para evitar que los demás elementos se caigan.
Ayudar al sacerdote en el rito de la ablución o lavatorio, llevando el manutergio y el agua.
Tocar la campanilla para resaltar el momento de la consagración, aunque su uso no sea obligatorio.
Recoger la ofrenda de los fieles.
Acompañar al sacerdote, con una patena, para distribuir la comunión.
Condiciones a tener en cuenta por parte de los servidores del altar
1-. Los servidores del altar deberán recibir formación apropiada antes de que inicien su ministerio.
2.- Los servidores del altar deberán ser lo suficientemente maduros como para entender sus responsabilidades y llevarlas a cabo bien y con la reverencia apropiada.
3.- Los servidores del altar también deberán recibir orientación apropiada sobre cómo mantener el decoro y la vestimenta adecuada para cuando sirven en la misa.
4.- Deberán haber recibido ya la Sagrada Comunión por primera vez, y normalmente recibir la Eucaristía cada vez que participen en la liturgia.
5.- No debe haber distinción entre las funciones llevadas a cabo en el altar por hombres y niños, a las llevadas a cabo por mujeres o niñas.
6.- Los servidores del altar son los primeros en participar activamente en la misa. Responden a las oraciones y diálogos del sacerdote junto a la asamblea litúrgica. También se unen al canto de himnos y otros cantos de la liturgia.
7.- Los servidores del altar deben sentarse en un lugar desde el cual puedan fácilmente auxiliar al obispo o sacerdote celebrante y el diácono. El lugar a un lado del sacerdote normalmente está reservado para el diácono.
8.- Siendo que el desempeño del servidor del Altar es parte integral en la celebración de la misa, por lo menos un servidor del altar debe ayudar al sacerdote. Los domingos y otras ocasiones más importantes, dos o más servidores pueden emplearse para llevar a cabo las varias funciones normalmente confiadas a estos ministros.
9.- En la medida de lo posible, los ministros que sirven el altar no leen las lecturas.
Más información: Guía para los servidores del altar